La electrificación del transporte es una parte muy importante de la estrategia global que se plantea para mitigar todo lo posible la emergencia climática que vivimos. Pero esa electrificación trae consigo multitud de retos. Uno de ellos es la necesidad de desarrollar baterías que sean capaces de ofrecer una elevada densidad energética.
Las baterías de los coches eléctricos y la utilización del litio para su fabricación plantea dos graves problemas a resolver. El primero es su gran impacto ambiental, tanto por la explotación de minas como por el difícil el reciclaje de las baterías.
El segundo problema es que es aún más escaso que el petróleo; el 85% de las reservas mundiales se encuentran en Argentina, Bolivia, Chile y Perú, pero especialmente en Bolivia, cuya inestabilidad política y social no ofrece garantías de seguridad jurídica a las empresas que se quieran establecer para extraer el elemento.
Otra cuestión añadida es que el proceso de fabricación con iones de litio es complejo, costoso e implica importantes medidas de seguridad debido al alto riesgo de incendio.
Ante esta situación, los proveedores se ven forzados a adelantarse a los problemas y plantear soluciones. Algunos están ya investigando la posibilidad de fabricar baterías de sodio, pero cabe destacar la fase avanzada en la que se encuentra el Instituto Fraunhofer de Alemania utilizando iones de aluminio. Esta institución es conocida por sus aportaciones en el campo de la investigación al servicio, entre otros, de la industria automovilística.
Las baterías de iones de aluminio son más económicas al no necesitar materiales especiales. Admiten una potencia de carga muy rápida, una elevada eficiencia, y escasas pérdidas residuales. Su eficiencia energética es del 90% y con 10.000 ciclos de carga.
El grupo de investigación del Instituto Fraunhofer explica que las baterías actuales de litio cuentan con un revestimiento de papel de aluminio de alta pureza y un ánodo de grafito, por lo que sus investigaciones se basan en utilizar el papel de aluminio como ánodo.
Según declaraciones del equipo que la desarrolla: «Con esta batería no se imponen requisitos especiales de calidad al aluminio y las láminas habituales en el mercado son completamente suficientes para este propósito. Las baterías de aluminio también ofrecen un alto nivel de seguridad, porque no hay riesgo de incendio como con el uso de litio. Además, entre sus ventajas, el aluminio ofrece una densidad de energía volumétrica teóricamente cuatro veces mayor«.
Fuente | Motor.es
Relacionadas | Desarrollan una batería de grafeno y aluminio capaz de recargar 60 veces más rápido que el litio
