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¿Están equivocados 14.000 científicos sobre la peligrosa situación de la Tierra, nuestro planeta?

Tras la declaración de emergencia climática declarada por más de 11.000 científicos, expertos e investigadores de más de 150 países, en los últimos dos años otros 2.800 científicos se han sumado a un grito de auxilio en pos de la salvación del planeta Tierra, el lugar donde vivimos.

Este impresionante grupo de expertos son unánimes al poner en el centro de la atención el deterioro significativo de los signos vitales del planeta, mientras que los diferentes gobiernos no terminan de poner en marcha los cambios necesarios para tratar de revertir la situación.

Según el último informe publicado en la revista BioScience, pese a las 1.990 jurisdicciones, en 34 países que han declarado o reconocido formalmente una emergencia climática, se ha producido un aumento sin precedentes de los desastres relacionados con el clima desde 2019.

Estos incluyen inundaciones devastadoras en América del Sur y el sudeste asiático, olas de calor e incendios forestales récord en Australia y el oeste de los Estados Unidos, una extraordinaria temporada de huracanes en el Atlántico y ciclones devastadores en África, Asia Meridional y el Pacífico Occidental.

Cruzando el punto de no retorno

Además, según los investigadores, cada vez hay una mayor evidencia de que nos estamos acercando o ya hemos cruzado, los puntos de inflexión asociados con partes críticas del sistema que proporciona y protege la vida en la Tierra, incluidas las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia, los arrecifes de coral de aguas cálidas y la selva amazónica.

Dados estos alarmantes acontecimientos, el estudio publicado india que «necesitamos actualizaciones cortas, frecuentes y de fácil acceso sobre la emergencia climática«.

El experimento a escala global que ha supuesto la terrible pandemia, que aún hoy sigue azotando al planeta, no ha sido suficiente para mitigar los efectos de la actividad humana frente al cambio climático.

El estudio indica que se hace necesario una «transformación estructural de la economía«, según afirma Thomas Newsome, investigador de la Universidad de Sídney.

Tres aspectos claves

Dentro de los aspectos destacados del estudio para enfrentarse al problema, los investigadores sugieren un enfoque político a corto plazo basado en tres líneas de actuación principales.

La primera sería la introducción de un precio global para el carbono lo suficientemente alto como para alentar la «descarbonización» en todo el ámbito industrial y de consumo. Esto ya existe en regiones como Europa pero no se está aplicando entras otras zonas del mundo, lo que deprecia en parte los esfuerzos.

Otro punto esencial es la eliminación gradual de los combustibles fósiles, proceso que debería llevar consigo la conservación y restauración de ‘acumuladores’ naturales de carbono junto con su biodiversidad, como la Amazonía.

Por último, al detener la explotación insostenible de los hábitats naturales, «podemos reducir los riesgos de transmisión de enfermedades zoonóticas, proteger las reservas de carbono y conservar la biodiversidad, todo al mismo tiempo«, asevera el investigador Christopher Wolf.

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