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Subaru concentrará su i+D en un nuevo centro técnico para acelerar el desarrollo de nuevas tecnologías

En honor a la verdad, Subaru no es un fabricante especialmente grande. Durante 2020 produjo 884.874 unidades (-10,4% respecto a 2019) y lleva tres años cayendo. Si nos abstraemos del mercado japonés, su modelo prototípico tiene tracción total y motores bóxer: XV, Forester, Legacy, Outback, etc. El camino hacia lo eléctrico no es fácil para este fabricante.

Su primer modelo 100% eléctrico que llegará al mercado general es un desarrollo conjunto con Toyota, así que habrá dos modelos, Subaru Solterra y Toyota bZ4X. Pero de cara a llegar al objetivo de 2030 de que el 40% de las ventas globales sean de vehículos electrificados queda un trecho por recorrer. Están obligados a acelerar el i+D de nuevas tecnologías: eléctricos, software, sistemas de seguridad, etc.

Por ello van a concentrar sus esfuerzos de investigación y desarrollo en un nuevo edificio de siete plantas ubicado en la zona de Gunma, al norte de Tokio. A partir de la primavera de 2024 -coincidiendo con un nuevo año fiscal- se concentrarán en el mismo centro técnico unos 2.800 empleados de áreas de ingeniería, planificación de producto y diseño. Esto servirá para darle un acelerón al desarrollo respecto al paradigma actual.

Subaru WRX STI

DIgamos que Subaru hace los coches diseñando el chasis, luego les pone la carrocería, y ya para el final trabajan en el interior. En otras palabras, la solución idónea para cada tamaño de coche y modelo. Es un enfoque correcto cuando el objetivo es destacar las cualidades dinámicas y la conducción sobre otras cosas, pero para la era actual empieza a quedarse algo desfasado.

Mientras tanto, tienen que tirar con lo que hay. Para poner un vehículo en la calle desde el papel en blanco hasta que sale de la fábrica hacen falta como mínimo un par de años, más bien tres. Este centro técnico supondrá para Subaru la inversión de unos 230 millones de euros.

Un buen día, los sistemas de tracción total con árbol de transmisión y los motores bóxer serán cosa del pasado. Subaru tiene que hacer lo mismo que otros fabricantes, disponer de una plataforma modular variable que permita dar lugar a varios vehículos, optimizar su estructura para alojar baterías y motores eléctricos, y preparar todo para las necesidades que hay de conectividad, sistemas de seguridad, recarga rápida, infoentretenimiento, etc.

Los modelos actuales de Subaru están basados en plataformas de vehículos térmicos, aunque se han empezado a electrificar con soluciones híbridas, mas no tienen de momento un gran éxito comercial. El centro técnico colaborará con socios externos (véase Toyota), la Universidad de Gunma, etc. Contará con herramientas modernas como impresión 3D o sistemas de realidad virtual.

El cambio de paradigma hará que Subaru pierda un poco de personalidad, ya que sus coches ya no tendrán una diferenciación tan clara respecto a la competencia, pero ya se les ocurrirá algo para que tener un Subaru siga siendo algo especial aunque funcionen con baterías y no haya árboles de transmisión.

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