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Mahle desarrolla una súper batería que podrá recargar en pocos segundos, sin tierras raras, y con 100.000 ciclos de vida útil

Uno de los principales retos a superar por la movilidad eléctrica son los tiempos de recarga. Un aspecto que puede colocarse realmente por detrás de otros como el coste o la densidad energética, pero que para llegar a un mercado de masas es fundamental superarlo. Ahora el desarrollador alemán Mahle ha presentado una ambiciosa tecnología de baterías que promete solucionar algunos de los principales retos de las baterías.

Esta semana Mahle Powertrain en colaboración con la compañía Allotrope Energy, han presentado su nueva tecnología de batería que supone combinar los beneficios de la densidad energética de las baterías de litio convencionales, con los beneficios de los supercondensadores. Unos acumuladores capaces de ofrecer una potencia de carga y descarga muy superiores, pero que hasta ahora no han podido convertirse en alternativa por su baja densidad energética.

El sistema de Mahle combina supercondensadores y baterías tradicionales de litio, lo que permite según la compañía poder recargar una batería de una bicicleta eléctrica a 20 kW, lo que permite recuperar su carga en apenas 90 segundos.

Este sistema se usará primero en pequeños vehículos, como las propias bicicletas y motos eléctricas, y está pensada para la nueva era del «delivery» donde cada vez más personas acuden a los sistemas de entrega a domicilio, y donde los vehículos ligeros ofrecen una alternativa sostenible. Pero muchas veces a pesar del incremento de las capacidades de las baterías, los repartidores deben hacer una carga a media jornada. Algo que con esta tecnología se solucionará en el tiempo que tardan en preparar el siguiente pedido.

La batería de Mahle utiliza un ánodo de alta capacidad y un cátodo tipo condensador eléctrico de doble capa (EDLC) separados por un electrolito orgánico. La batería permanece estable a altas temperaturas sin el peligro de una fuga térmica, eliminando la necesidad de un refrigeración externa o de tener que utilizar complejos sistemas de gestión de la batería.

El resultado es una celda con una elevada densidad energética, capaz de acceder a recargas ultrarrápidas, y además estas no afectarán a una vida útil extremadamente larga que Mahle ha estimado en los 100.000 ciclos de carga y descarga. Algo que se traduciría en una vida útil bastante más larga que la del propio vehículo.

Además de una carga ultra rápida, estas celdas carecerán de materiales costosos y escasos como las tierras raras, y su composición será totalmente reciclable.

Un conjunto que supondría eliminar de golpe varias de las barreras que limitan la expansión de las movilidad eléctrica en diferentes sectores, tanto en el reparto de logística de última milla, como también incluso los sistemas de bici o moto sharing, y llegado el momento su evolución debería permitir su uso en vehículos de mayor tamaño, como los coches eléctricos que serán capaces de recargar en el tiempo que necesita un coche de combustión para repostar.

Tecnología de la que nos faltan algunos detalles por conocer, y que se presentarán esta semana en el evento Cenex Low Carbon Vehicle en la localidad británica de Millbrook.

Fuente | MAHLE

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