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Tesla «nunca» utilizará las populares celdas de batería de tipo bolsa. ¿Por qué?

Los fabricantes de baterías para coches eléctricos actualmente ofrecen tres tipos de formatos para sus celdas: cilíndricos, prismáticos y de bolsa. Aunque la mayoría de marcas utilizan indistintamente un tipo u otro, lo cierto es que algunas compañías como Tesla tienen predilección por un formato en concreto; en este caso, el cilíndrico.

Desde el lanzamiento del primer Roadster en 2008, Tesla ha confiado en esta solución, apostando por diferentes tamaños (18650, 2170…) hasta llegar a las nuevas celdas 4680 de desarrollo propio, notablemente más grandes que las celdas cilíndricas empleadas hasta el momento por la firma californiana en sus automóviles. Sin embargo, Tesla también emplea en algunos de sus modelos celdas prismáticas (este es el caso del Model 3 con baterías LFP fabricado en China).

Elon Musk, director ejecutivo de la compañía, ha revelado recientemente el motivo por el que prefiere estos formatos frente a las celdas de tipo bolsa: su menor probabilidad de sufrir una fuga térmica. «La probabilidad de fuga térmica es peligrosamente alta en las celdas de tipo bolsa grandes. Tesla recomienda encarecidamente no usarlas».

Esto es especialmente interesante si tenemos en cuenta que recientemente tanto General Motors como Hyundai se han obligadas a anunciar una llamada a revisión masiva de sus modelos Chevrolet Bolt y Kona Eléctrico debido a un defecto de fabricación en sus celdas de tipo bolsa producidas por LG Chem, un fallo que ha llegado a provocar el incendio de varios automóviles.

Tesla prefiere las celdas cilíndricas y prismáticas por cuestiones de seguridad

¿Son las celdas de tipo bolsa peligrosas? En absoluto; sin embargo, en caso de que exista un defecto en las baterías posiblemente este formato resulte más inestable que otros. Musk explica que el problema radica en la geometría de la celda, pues la distancia entre el circuito de refrigeración y el centro de la celda es demasiado elevada, por lo que no se puede realizar una gestión térmica eficaz. Además, la bolsa es demasiado débil como para evitar que el fuego se propague, a diferencia de los modelos cilíndricos y prismáticos.

A pesar de todo, por el momento no parece que las celdas de tipo bolsa vayan a caer en desuso, sobre todo con la llegada de químicas como la LFP (litio-ferrofosfato), mucho más segura y menos propensa a sufrir fugas térmicas. Esta solución poco a poco se va imponiendo en los coches eléctricos de corte asequible de origen chino, aunque algunos fabricantes occidentales también están comenzando a apostar por ella.

Fuente | InsideEVs

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