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Volkswagen inaugura en Salzgitter nuevas instalaciones de i+D en baterías de automoción

El fabricante alemán sigue dando pasos hacia delante para depender menos de proveedores y acabar produciendo sus propias celdas de baterías para coches y furgonetas eléctricos. En Salzgitter (Baja Sajonia, Alemania) la compañía ha inaugurado nuevas instalaciones de i+D.

Se trata del Centro de Excelencia de Celdas de Batería o CoE de Salzgitter, dividido en cuatro laboratorios especializados para el desarrollo, procesamiento, producción y reciclaje de celdas de batería. El fabricante invertirá 70 millones de euros a través de la división Volkswagen Group Components.

Este centro i+D colaborará con la fábrica de Salzgitter, que se está convirtiendo en una fábrica de componentes de automoción del mañana después de décadas de producción de motores convencionales. En 2025 saldrán las primeras celdas en producción en serie para distintos modelos del Grupo.

Volkswagen quiere aumentar con sus propios recursos la autonomía de las baterías, su rendimiento de carga, la sostenibilidad ambiental y la seguridad en cualquier sentido. Los planes para Salzgitter son ambiciosos.

En menos de 10 años, en 2030, Volkswagen tendrá seis fábricas de celdas en Europa -junto con sus socios industriales-, totalizando una capacidad anual de 240 GWh. Salzgitter llegará por sí sola a producir 40 GWh en celdas. La potencial reducción de costes alcanzará el 50%, si se cumplen las previsiones del fabricante, y esto es importante porque supone un lastre para su rentabilidad.

Los cuatro laboratorios del CoE de Salzgitter

En el Centro de Excelencia de Celdas de Batería de Salzgitter trabajan medio millar de personas, de los cuales 160 están involucrados en el desarrollo de las celdas. A finales del año que viene la plantilla se habrá duplicado, incluyendo 250 expertos en investigación, análisis y desarrollo de materiales y formatos para las celdas.

En primer lugar tenemos el laboratorio de desarrollo de celdas. Aquí se hacen las pruebas al nivel más bajo, incluyendo materiales, fórmulas químicas y procesos de los electrodos. Aquellas innovaciones con potencial pasan a producción para la siguiente fase.

Por otro lado, está el laboratorio de análisis, donde se realizan análisis competitivos y de calidad de los componentes y materias primas de las celdas. También está el laboratorio de medio ambiente y seguridad, donde se simula el envejecimiento de las celdas y se les somete a distintos procesos de «tortura». Si faltan métodos de ensayo, se desarrollan ahí mismo.

En el CoE se realizan pruebas tanto de las celdas experimentales como de las que están ya en producción en serie. A largo plazo se verifican su rendimiento, cómo envejecen, y su solidez. Todo lo que se hace aquí acabará beneficiando a los clientes de Volkswagen y sus diferentes marcas.

Las instalaciones, que abarcan 2.500 metros cuadrados, permiten utilizar 200 métodos analíticos para la prueba y desarrollo de celdas. Volkswagen presume del equipamiento de las instalaciones y de ser de las más modernas de este tipo en Europa. Por ejemplo, uno de los pocos microscopios electrónicos de barrido que pueden detectar el litio se encuentra en el CoE de Salzgitter.

Como Alemania sigue siendo el primer fabricante europeo de automóviles, su industria ha comprendido que si no hace la transición hacia la electromovilidad corre riesgo de desaparecer. De ahí que se haya convertido en cuestión estratégica -no solo para Volkswagen- depender menos de empresas externas, sobre todo si son extranjeras, o podrían peligrar sus ambiciosos planes a largo plazo en este campo.

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