Estados Unidos reduce los requisitos de seguridad a los coches autónomos para agilizar su desarrollo y producción
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Publicado: 15/01/2021 14:19
Hasta ahora, los vehículos autónomos que circulaban por las carreteras de Estados Unidos debían pasar los mismos test de choque que los vehículos convencionales. Algo que supone un gasto importante que ralentiza su desarrollo y encarece su producción. Algo que parece hasta cierto punto absurdo ya que muchos de estos prototipos no están diseñados para llevar personas, pero debían pasar los requisitos de los que si los transportan.
Es por eso que la administración saliente ha firmado un cambio en la normativa que eximirá a los coches autónomos de algunos de estos requisitos.
Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) las nuevas normas permitirá a los fabricantes de aquellos destinados a transportar solo mercancías, el no tener que realizar ciertas pruebas de choque destinadas a conocer el impacto en los ocupantes. Unas nuevas normativas que darán más libertad a los diseñadores a la hora de crear vehículos autónomos que por ejemplo, podrán prescindir de elementos como el volante o los pedales.
Desde la NHTSA se ha indicado que están buscando que la normativa no sea una barrera al desarrollo de una tecnología llamada a revolucionar el transporte y a mejorar de forma sustancial la seguridad en las carreteras.
La propia agencia americana ha indicado que según sus estimaciones, este cambio normativo permitirá a los fabricantes de vehículos autónomos ahorrar unos 5.800 millones de dólares en los próximos 30 años, o unos 995 dólares por unidad.
Desde la Self-Driving Coalition, un grupo que incluye a Waymo de Alphabet, Ford Motor, Uber y otros, dijo que la regla aborda «las barreras a la innovación al tiempo que preserva las importantes protecciones de seguridad otorgadas a los ocupantes del vehículo por los estándares actuales de la NHTSA».
Una posición que no todos compartes, y algunos sectores indican que este movimiento llega por la presión de los gigantes tecnológicos, que buscan acelerar el desarrollo de sus productos incluso sin contar con una legislación o regulación que indique los estándares mínimos de rendimiento para los sistemas de conducción autónoma.
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Fuente | Selfdrivingcoalition