El Gobierno de España sigue soltando con cuentagotas los detalles sobre los peajes que se van a implantar para usar las autovías y autopistas que son gratuitas por uso hoy día. La reversión de varias autopistas de peaje desde 2018 han acrecentado el déficit de conservación de las infraestructuras a más de 8.000 millones, pero también que los impuestos que pagamos los conductores no son finalistas y van hacia otros usos. Por eso tendremos un repago en forma de «viñeta», al menos temporalmente.
Fuentes ministeriales han contado a ElEconomista que se baraja una «tarifa plana» de 80 euros para los vehículos ligeros, incluyéndose ahí los turismos, todoterrenos, motocicletas, y las furgonetas/camiones que no superen las 3,5 toneladas de MMA. Sería así el mismo sistema que usan suizos o austriacos, el pago tiene a cambio una viñeta que se lleva en el parabrisas y que permite el uso de las vías rápidas, extranjeros incluidos. La cantidad a recaudar sería de 1.500 a 1.600 millones de euros.
Oficialmente solo sabemos que la medida está «en proceso de análisis»
Según la publicación económica, los 80 euros estarían en el entorno de «las estimaciones de algunos expertos y organizaciones». Por ejemplo, la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX) considera que la viñeta debería costar 87 euros para turismos y furgonetas, 435 para industriales pesados, y 43,5 para las motos.
¿En qué medida afectará a los coches eléctricos la «viñeta»?
Si bien este sistema no permite discriminar entre los que usan más el coche y los que apenas lo usan -«el que lo usa, paga», sí se puede hacer una distinción entre los vehículos por el principio «el que contamina, paga». En el Registro de Vehículos ya hay una clasificación de vehículos según su tecnología: categoría A (sin etiqueta), B, C, ECO, y Cero.
La clasificación no es justa para todos los vehículos que cumplieron anticipadamente el estándar de emisiones más moderno, antes de la fecha de corte establecida en la DGT
Suponiendo que el Gobierno aplique una discriminación en ese sentido, es razonable suponer que los vehículos etiquetados como «Cero» paguen una «viñeta» reducida o que estén exentos. Eso ya está ocurriendo por ejemplo en el estacionamiento regulado (SER/ORA) en multitud de ciudades, se penaliza a los que más contaminan y se bonifica a los que menos.
Es cierto que los coches eléctricos contaminan menos que los equivalentes térmicos en el sentido de que no tienen emisiones locales. Sin embargo, puestos a analizar el impacto que causan en el firme, un peso por encima de la media de un vehículo térmico tiene más impacto. Desde ese punto de vista, no sería justo que los eléctricos paguen menos si lo importante es relacionar uso con desgaste de la vía.
¿Por qué una «viñeta» y no peajes electrónicos?
En primer lugar, la medida de la «viñeta» es mucho más fácil de implantar, la inversión tecnológica necesaria puede ser cero. Bastaría con empezar a poner controles aleatorios en la salida de las vías rápidas y multar a todos los que no lleven la «viñeta». También se puede automatizar la recolección de matrículas que van pasando por cámaras o delante de vehículos camuflados, y mandar multas a casa a todos los que no hayan pagado la «viñeta».
En segundo lugar, es una medida de ámbito temporal, la intención del Gobierno es incluir la máxima de «el que lo usa, paga», haciendo que el coste no sea el mismo en función del kilometraje. Mientras que el sistema a la portuguesa no se pueda implantar, es una forma de salir del embrollo con la Unión Europea a cambio de los fondos de recuperación.
La implantación de la «viñeta» se espera para 2023, el mismo año en el que, apurando la legislatura, los españoles tengamos que volver a pasar por las urnas. La formación que salga vencedora se verá en la tesitura de echar atrás esta reforma, o aguantar el coste electoral de mantenerla. El ejemplo de Portugal no es el mejor para justificar los peajes electrónicos.
¿Qué consecuencias tendrá la «viñeta»?
Suponiendo que su uso sea obligatorio, un encarecimiento generalizado de precios de todo lo que se transporte por carretera, que es la abrumadora mayoría. Las empresas y los autónomos trasladarán a sus clientes el incremento de costes de una forma o de otra. Pero si hay forma de escapar de la «viñeta», o que su uso sea voluntario, el problema generado puede ser otro: muertos.
Cualquiera que conozca mínimamente algo sobre carreteras, tráfico, infraestructuras… y el carácter español, sabrá que es más fácil priorizar el bolsillo a la seguridad. Dicho de otra forma, todos aquellos que prefieran ahorrarse los 80 euros -o los que sean- no usarán las vías rápidas y volverán a meter tráfico en rutas secundarias, mucho más peligrosas. Eso tendrá un coste en heridos graves y fallecidos, lo cual también acaba teniendo un coste económico que no es digno de desprecio.
Por otra parte, si hay una diferencia sustancial del coste de la «viñeta» entre los vehículos eléctricos y los más antiguos, puede que haya un impacto en las matriculaciones y más españoles se vean incentivados a cambiar de vehículo. La edad media del parque de turismos supera los 13 años, y crece cada año. Igual ese es el «empujoncito» que hace falta. También puede ocurrir que aumenten las bajas definitivas del parque de turismos y eso no se traslade a nuevas matriculaciones. El tiempo dirá.
