¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

El Grupo chino XCMG presenta las baterías de litio-ferrofosfato (LFP) de mayor densidad del mercado

La carrera por desarrollar mejores baterías no atiende sólo a las celdas con mayor capacidad del mercado, sino a encontrar también un equilibrio entre densidad energética, vida útil y precio. En este último aspecto destacan las baterías de litio-ferrofosfato, o LFP, que poco a poco están evolucionando para situarse como una alternativa muy interesante en sectores industriales, y también dentro del coche eléctrico.

Hace unos días el grupo chino XCMG presentó sus últimos trabajos con unas baterías LFP, que han sido instaladas en un camión eléctrico y que se han convertido de momento en el modelo de producción con mayor densidad energética en celda para esta química.

De momento la principal referencia es BYD, que con sus celdas Blade ha logrado alcanzar los 166 Wh/kg. Una cifra por debajo de las baterías NCM o NCA usadas por los principales grupos automovilísticos, que superan los 200-250 Wh/kg en celda.

En este caso según sus desarrolladores, las baterías de litio-ferrofosfato montadas por XCMG han alcanzado una densidad de 176.1 Wh/kg. Algo que le permitirían mejorar ligeramente las cifras de BYD, y que en este caso ha permitido instalar una batería de 422 kWh en un camión de combustión convertido a eléctrico capaz de recorrer según sus diseñadores unos 420 km con cada carga.

Faltan conocer detalles como su capacidad gravimétrica, para conocer aspectos como el peso logrado con esta nueva estructura. Pero parece que estamos ante un nuevo paso adelante de las celdas LFP que caminan lenta pero inexorablemente hacia su popularización dentro también del coche eléctrico.

Una tecnología que a pesar de contar con menor densidad energética, ofrece otros beneficios, empezando por su menor coste. Un aspecto fundamental donde ayuda la ausencia de materiales costosos y escasos, además de rodeados de gran polémica, como el cobalto, que permite que esta configuración haya bajado ya a principios de este año de los famosos «100 dólares el kWh». Cifra que para muchos expertos marca el momento en el que es más económico de fabricar un coche eléctrico que uno de combustión.

Una tecnología LFP que permitirá además de vehículos más económicos, también desarrollar coches con unas baterías mucho más duraderas. Se estima que las actuales baterías de litio-ferrofostafo podrían llegar a los 6.000 ciclos de carga y descarga, algo que en un vehículo con 300 km de autonomía reales supondría superar los 1.8 millones de kilómetros. Momento en el que la batería se tenga que retirar, sino que tendrá que ser usada en otras aplicaciones, como el almacenamiento estacionario.

Es muy posible que este tipo de baterías pasen a ofrecer una alternativa no sólo para los vehículos industriales o maquinaria pesada, sino también para los coches eléctrico de bajo coste y los más pequeños. Aquellos donde el margen sea muy pequeño y la autonomía necesaria no muy grande, y donde las celdas LFP podrá abrir grandes posibilidades en segmentos como los compactos y los urbanos, pero también en grandes vehículos como los autobuses y camiones eléctricos.

Algo que como vemos, está más cerca que nunca gracias a los avances que está logrando esta prometedora tecnología.

Vía | PushEVS | Auto Hwupgrade

Relacionadas

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame