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Las plantas geotérmicas de Alemania podrán suministrar litio a un millón de coches eléctricos al año en 2025

El litio va camino de convertirse en un elemento muy preciado y demandado por la expansión del coche eléctrico y todas las nuevas formas de movilidad sostenible. El problema es que su extracción mediante fórmulas tradicionales es costoso y tiene impacto ambiental. La alternativa la tenemos mucho más cerca de lo que pensamos gracias a las ingentes reservas existentes en los yacimientos geotérmicos.

En los últimos meses estamos viendo como el litio se esté convirtiendo en un material cada vez más cotizado. En lo que va de año, el carbonato de litio ha aumentado un 230%, es decir.

Algo que puede provocar según los expertos un incremento a medio plazo del coste de los vehículos.

La geotermia al rescate

Vulcan Energy está en proceso de construir cinco plantas de energía geotérmica en el Valle del Alto Rin, Alemania, en una de las reservas de litio más ricas del mundo en salmuera geotérmica.

Juntos, estos representarían las mayores reservas de litio de Europa, con 15,85 millones de toneladas de carbonato de litio. El litio crudo extraído luego se enviará a una refinería central a pocos kilómetros, donde se convertirá en hidróxido de litio y se entregará a fábricas de baterías y automóviles en toda Europa.

Para 2025, Vulcan Energy planea extraer 40.000 toneladas de hidróxido de litio sin emisiones del valle del Alto Rin, suficiente para suministrar baterías para el equivalente a aproximadamente un millón de automóviles por año.

Dos empresas culminan con éxito su primera prueba piloto para extraer litio geotérmico en Francia

Una vez que las plantas estén en funcionamiento, Vulcan Energy podría respaldar el 100% de la industria de las baterías en Alemania, o el 25% de la demanda esperada en Europa, continuó Kreuter.

Los beneficios de una producción local son enormes. Por un lado se crearían puestos de trabajo en Europa. Pero esto sería solo la punta de iceberg ya que además su producción se realizaría bajo los estándares ambientales y laborales europeos. Además, el transporte del litio se realizaría desde apenas a unas decenas de kilómetros hasta las fábricas más cercanas, en lugar de realizar un viaje de 10.000 kilómetros desde otro continente.

Según los responsables de Vulcan Energy «Se puede decir que tendremos una huella de CO2 negativa porque solo usamos alrededor del 50% de la energía producida para la extracción de litio; el otro 50% lo exportamos a la red y se enviará como calor o frío renovable a los clientes de la región ”.

Una tecnología que además ofrece una respuesta a otra de las urgencia de Europa como es la dependencia del gas ruso o del argelino para su climatización en invierno. Y es que con esta tecnología se pueden ofrecer sistemas de calefacción a un precio bajo y estable con el calor residual, sin las turbulencias geopolíticas y económicas del gas.

Independencia energética de Europa

Fábrica de baterías de Stellantis en Vigo

En septiembre de 2020, la Unión Europea dio un paso fundamental para lograr que el litio se uniese a la lista de materias primas críticas debido a su importancia estratégica para la industria del automóvil. Algo que ha permitido desarrollar planes para lograr que el continente sea altamente autosuficientes en este mineral ya para 2025.

«Para el litio necesario para baterías y almacenamiento, estamos seguros de que podremos ser al 80% autosuficientes para 2025«, dijo Maroš Šefčovič, vicepresidente de la Comisión Europea a cargo de la previsión y las relaciones interinstitucionales que habló en el lanzamiento de un nueva alianza de la industria de materias primas el año pasado .

El principal problema en estos casos como suele ser habitual es la difícil competencia contra el litio barato llegado desde otros mercados. Y es que sostenible y con buenas condiciones laborables suele acarrear un precio más alto. Para evitar este problema, la Comisión Europea publicó el pasado año nuevos estándares para la producción de las baterías instaladas en coches fabricados en nuestro mercado, que tendrán que dar cuenta de su huella ambiental y que busca que los materiales además de sostenibles sean de origen responsable.

Por supuesto una buena idea que puede chocar con la globalización y la llegada de coches fabricados en la otra punta del mundo, y cuya huella ambiental no ha sido analizada. Algo que tal vez debería también ser tenido en cuenta por la Comisión Europea.

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