La caída del precio de baterías y energías renovables avivan el debate de si continuar o no invirtiendo en nuclear
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Publicado: 10/08/2021 11:37
Desde hace años hay un debate entre los que proponen un sistema 100% renovable, ahora apoyado por baterías, y los que piensan que fuentes como la nuclear son indispensables. Pero con la evolución de tecnologías como las propias baterías, su bajada de precio y la expansión de las renovables, hace que cada vez sea más viable prescindir de la nuclear por completo.
Este es el debate que se ha abierto en Estados Unidos por culpa de los retrasos y astronómicos sobre costes de las unidades 3 y 4 de la planta nuclear de Georgia Power en la localidad de Vogtle, Georgia. Estas son las únicas unidades nucleares de Estados Unidos actualmente en construcción, y recientemente han saltado de nuevo a la primera página de la actualidad por los anuncios de retrasos y el aumento del presupuesto para su finalización.
Las estimaciones de costes sugieren que las dos instalaciones de 1,1 GW requerirán al menos 30.000 millones de dólares para completarse. Una cantidad muy elevada que permitirá poner en marcha una instalación con una estimación de vida útil de 40 años mínimo, y luego dependerá de la inversión en su actualización pudiendo llegar a los 80 años. Unas actualizaciones que suele tener unos costes también muy elevados que no siempre garantizan un buen resultado.
Entonces el debate es si no sería mejor haber invertido esos 30.000 millones en un sistema de energía solar y baterías. Un presupuesto muy elevado que la revista PV Magazine se ha lanzado a estimar si sería suficiente para levantar una instalación solar y de baterías capaces de sustituir a la nuclear.
30.000 millones: nuclear o solar+baterías
Por supuesto hay que tener en cuenta la principal diferencia operativa entre la nuclear y las renovables. La intermitencia de la segunda no tiene competencia con la operatividad las 24 horas del día los 365 días del año de la nuclear. Algo que era incontestable…hasta la llegada de las baterías.
Y no sólo su llegada, que se ha producido hace varias décadas, sino su evolución técnica y económica. Según los datos de Bloomberg New Energy Finance, el coste del kWh ha caído desde los 1.191 dólares el kWh en 2010, hasta los 137 dólares el kWh en 2020. Una reducción del 88% en apenas 10 años. Algo que se espera se mantenga debido al aumento exponencial de la producción y el desarrollo de baterías de bajo coste especialmente destinadas a funciones estacionarias.
Por su parte los paneles solares han visto también como su precio bajaba desde los 100 dólares por vatio en 1976, a apenas 20 céntimos en 2020. Una reducción que además se ha acompañado por una evolución en su eficiencia, siendo posible en la actualidad encontrar placas de venta a particulares con más de 400 W, precios populares y una larga vida útil.
Para sustituir a los dos reactores de la planta nuclear, de 1.1 GW cada uno, necesitaríamos en torno a los 7,3 GW de paneles solares. También hay que tener en cuenta la necesidad de maximizar la instalación para cubrir la demanda en los meses de menos radiación solar, y las pérdidas durante la transformación en la entrada y salida de las baterías. Por lo que se tendría que aumentar la instalación solar hasta los 10.5 GW.
Pero el mayor reto es reemplazar la nuclear con baterías. Para ello sería necesario contar con un sistema capaz de ofrecer 2.2 GW durante al menos 16 horas. Algo que supondría montar una mega instalación de baterías de unos 39 GWh. A estos podemos añadir un 10% adicional como medida de seguridad por si algún módulo falla y hay que desconectarlo para su reparación. En total, en torno a los 43 GWh.
En términos generales, según PV Magazine, el coste total de la instalación solar y de baterías, suficiente para satisfacer las necesidades de unas 500.000 viviendas, sería según los precios actuales en torno a estas cifras:
- 8.400 millones por 10.55 GW de energía solar con instalación a 80 céntimos el vatio
- 527 millones para hipotéticas actualizaciones a 5 céntimos el vatio
- 7.800 millones por 39.3 GWh de almacenamiento en baterías con un coste instalado de 200 dólares el kWh
Esto quiere decir que según las estimaciones, siempre aproximadas por supuesto, levantar un sistema solar respaldado por un gigantesco parque de baterías capaces de sustituir a la planta nuclear tendría un coste de unos 16.800 millones de dólares. Un presupuesto donde no se añade ninguna clase de ayudas públicas o incentivos sean federales o estatales.
Algo que nos indica que la empresa eléctrica se habría ahorrado solo en la construcción más de 13.000 millones de dólares de haber apostado por la solar+baterías, en lugar de lanzarse a una ampliación.
Unas cuentas en las que habría que añadir el coste del suelo necesario para desplegar semejante instalación solar y de baterías, que se estima en torno a las 10.000 hectáreas. Un factor que supondría curiosamente una forma de distribución de la inversión ya que obligaría a comprar o alquilar grandes parcelas a los propietarios de la región. Algo que supondría revertir parte del dinero en la población local de forma directa.
También añadir los costes futuros tanto de renovación de la nuclear, que pueden superar los 1.000 millones de dólares cada una, así como el coste de almacenamiento durante miles de años de los residuos nucleares, que también ocupan su espacio.
En el caso del sistema solar y de baterías, su mantenimiento será mucho más económico, ya que las medidas de seguridad son incomparablemente menores que la nuclear. Y además el formato modular permite ir sustituyendo tanto las placas como las baterías de forma paulatina, sin parar la producción, y además con un coste cada vez más económico según pasen los años.
Añadir la posibilidad de complementar la producción de esta instalación solar con otras renovables, como la eólica, que puede ser un importante aliado durante las noches o los inviernos donde la solar no logre cumplir con sus objetivos.
Entonces a la pregunta de si nuclear o solar+baterías, como vemos ya no es como hace pocos años donde la respuesta era que no se podía prescindir bajo ningún concepto de la nuclear. Ahora parece que se abre una posibilidad no sólo con los grandes parques de paneles y baterías, sino por la capilaridad de un sistema que puede instalarse prácticamente en cada tejado, reduciendo el peso de las grandes instalaciones en el consumo residencial, y centrándose en el urbano e industrial.
Una transición que no será rápida, ni barata, pero si necesaria y que cuanto antes comencemos, antes lograremos alcanzar.
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