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El coche eléctrico beneficiará al empleo en España, compensando el menor volumen de producción y la deslocalización

AEDIVE (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica) ha publicado un interesante informe sobre el impacto que tendrá la transición a la movilidad eléctrica en los niveles de empleo de España. Dicho estudio ha sido realizado por la firma de consultoría estratégica Boston Consulting Group.

Para realizar dicho informe se han tenido en cuenta 26 actividades industriales y 31 familias de trabajo, tanto directamente relacionadas con el sector como anexas. Las conclusiones son claras: el coche eléctrico es una oportunidad para compensar tendencias como un menor volumen de producción o la deslocalización, pues generará un importante trasvase de puestos.

España es el segundo mayor fabricante de automóviles de Europa y exporta más del 80% de su producción. En 2019, la industria automotriz y sus anexos daban trabajo a un total de 344.000 personas en nuestro país, mientras que a finales de la década esta cifra se habrá reducido a 315.000; es decir, 29.000 empleos menos o una reducción del 8%.

Para que el impacto positivo del vehículo eléctrico se plasme en el resto de tendencias será necesario impulsar su desarrollo, captando más modelos (tanto de coches como de otros tipos de vehículos) para las plantas españolas, así como dando una formación específica a un total de 165.000 trabajadores.

La industria del automóvil en España se transformará con rapidez

Por otro lado, se destaca la necesidad de desarrollar una cadena de valor completa de la batería, pues actualmente no existe ninguna gigafábrica en suelo nacional. Se calcula que el impacto de producir o no toda la cadena de valor de la batería será bastante elevado, pues hasta 8.000 puestos de trabajo estarían en juego.

No se debe perder de vista que España cuenta con grandes yacimientos de litio (Extremadura) y tierras raras (Ciudad Real, Pontevedra). El informe también señala la importancia de impulsar una industria de reutilización y reciclaje de baterías, pues su potencial para generar puestos de trabajo es destacado (podría incrementar en casi un 20% el empleo del sector).

El despliegue de la infraestructura de carga será un punto clave, pues permitirá crear unos 17.000 empleos sin tener en cuenta su fabricación, un aspecto en el que España destaca por contar con importantes empresas dedicadas al desarrollo y la producción de puntos de carga que se exportan a todo el mundo.

El informe termina analizando varias tendencias de la industria. Por ejemplo, la antes mencionada reducción del volumen de producción (2,4 millones de unidades al año para 2030; es decir, una reducción del 16,3% en once años, una caída anual del 1,6% y la pérdida de 21.000 puestos de trabajo). La evolución de la tecnología y el auge de los automóviles premium generarán sin embargo un mayor empleo.

La digitalización y la automatización por su parte conllevarán un incremento del empleo anual del 0,4% durante la próxima década, si bien la mano de obra poco cualificada se reducirá en unos 4.000 empleos. La deslocalización a otros países europeos por su parte conllevará una pérdida media del 1,5% al año.

La última tendencia analizada es el cambio al vehículo eléctrico: mientras que en 2020 el 92% de los automóviles producidos en España tenían exclusivamente motor de combustión, en 2030 apenas llegarán al 2%. Los eléctricos a baterías y los híbridos enchufables supondrán el 68%, mientras que el 30% restante serán híbridos.

Fuente | AEDIVE

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