Ola Electric es un fabricante afincado en la India que se está haciendo famoso por sus motillos eléctricas para la ciudad. Ahora mismo su cotización es de unos 5.000 millones de dólares y acaba de anunciar una expansión de capital de 200 millones de la divisa americana. ¿Va siendo hora de lanzar un coche eléctrico?
Algo puede haber entre bastidores. El CEO de la compañía, Bhavish Aggarwal, compartió en Twitter y en Instagram ayer por la mañana una imagen de un coche eléctrico de al menos cuatro plazas, tal vez cinco, con este enigmático mensaje: «Chicos, ¿podéis guardar un secreto?», aderezado con dos emoticonos que sugieren discrección.
Si Ola Electric pretendía mantener el desarrollo de un coche eléctrico en secreto, ya no lo es tanto. En su página web, de momento, no hay rastro de este coche, así que podemos considerarlo como un «secretito» que se ha compartido en redes sociales, donde nos acabamos enterando de este tipo de cosas y medios como este le damos difusión.
No hay más detalles de los que podemos ver. Podría tratarse de un diseño de puertas delanteras suicidas (de apertura inversa), como el Mazda MX-30, con un frontal presidido por una imponente firma lumínica tan típica de coches eléctricos. La superficie acristalada nace en lo que sería el capó y visualmente acaba en el maletero, como un único volumen totalmente limpio. Le harán falta limpiaparabrisas, espejos y grupos ópticos en el mundo real, pero mola.
Con una distancia entre ejes modesta, podemos aventurar una autonomía también modesta, tal vez 200 a 300 kilómetros, y una configuración de motor delantero para que el maletero trasero sirva de algo. Debajo de la superficie acristalada pueden estar disimulados los pilares A, B y C, y es posible que las ventanillas delanteras sean tipo coupé (sin marco) y las traseras sean fijas. En un modelo conceptual todo es posible.
Ahora mismo un fabricante de motos eléctricas no tiene la capacidad industrial para producir un coche eléctrico, al menos uno tan aparentemente sofisticado, así que Ola seguramente necesitará un socio industrial para sacarlo adelante, posiblemente asiático, para contener los costes. Si pretenden hacerlo por su cuenta van a necesitar una inyección de capital bastante más generosa.
