La consultora J.D. Power ha relizado por segundo año consecutivo su encuesta de satisfacción de usuarios de coches eléctricos en lo referente a la recarga doméstica. Participaron en la misma 8.216 propietarios de coches eléctricos e híbridos enchufables comercializados en los últimos cinco años en EEUU. La gran mayoría encajan en el ideal de posesión de un coche eléctrico, que es poder recargar en su casa, en vivienda unifamiliar.
Sobre un máximo de 1.000 puntos de satisfacción, aquellos usuarios con cargadores lentos (nivel 1) promediaron 564 puntos, 188 menos respecto a los que tienen cargadores acelerados (nivel 2), que promediaron 752 puntos. Respecto a la primera encuesta, publicada hace un año, los primeros están 10 puntos menos satisfechos y 11 puntos más satisfechos, respectivamente.
Esto significa que los usuarios de coches eléctricos han apreciado más las ventajas de los cargadores acelerados o murales de carga, que se diferencian respecto a los cargadores lentos o de emergencia en varios aspectos. Por citar algunos, la recarga es más rápida y estable, es controlable y programable, con mural de carga es mucho más cómoda, etc. Uno llega a casa, aparca, descuelga un cable de la pared y enchufa. Así de fácil.
Con cargador de nivel 2 hay que hacer una mayor inversión, ya no solo en el aparato en sí, también en algunas mejoras eléctricas en la casa (cuadro de fusibles, cableado, etc). De hecho, el 75% de los encuestados tuvo que realizar modificaciones con un electricista en casa para instalar un cargador de nivel 2. En corriente monofásica -en el caso de Europa-, proporcionan hasta 7,2 kW. No es más barato cargar así, pero sí más conveniente y cómodo.
«Con la capacidad de las baterías en crecimiento tiene sentido para muchos propietarios hacer las mejoras en el hogar si es que todavía no lo han hecho. Todas las partes implicadas en el sector de los coches eléctricos han de prestar atención a la recarga doméstica porque el 84% lo hace regularmente en casa»
Brent Gruber, director sénior de automoción global de J.D. Power.
Los aspectos evaluados por J.D. Power en esta en cuesta han sido precios justos de la recarga, longitud del cable, tamaño del cargador, facilidad para enrollar y guardar el cable, coste de la recarga, velocidad de recarga, facilidad de uso y fiabilidad. Por ejemplo, la velocidad de recarga cambia muchísimo la satisfacción, los que usan recarga lenta promediaron 326 puntos, y los que usan recarga acelerada 687 puntos.
La satisfacción se maximiza con el preacondicionamiento del habitáculo. Utilizando la energía de la red, el coche se queda climatizado a una temperatura concreta a una hora programada, lo cual tiene una ventaja evidente en términos de confort con grandes diferencias de temperatura interior y exterior, y también aumenta la autonomía al no consumir energía destinada al movimiento para tal fin. Los que preacondicionan promediaron 794 puntos frente a los que no, 753 puntos con cargador fijo o 745 puntos con cargador portátil.
El estudio también arroja una conclusión preocupante, teniendo en cuenta que es EEUU, y es que el 40% de los usuarios de recarga lenta y el 52% de los que usan recarga acelerada desconocen las ofertas de su empresa comercializadora de electricidad. Eso significa que no están optimizando el gasto ni el consumo de electricidad, a lo mejor recargando adelantadamente con una tarifa más cara y desperdiciando las tarifas nocturnas por haber terminado ya.
Por pura lógica, es mayor la satisfacción de los usuarios que están al tanto de eso y optimizan el gasto. Dependiendo del modelo de coche, se puede programar la recarga en un horario más ventajoso, y según el cargador eso también es programable. Por otra parte, los usuarios más satisfechos con recarga de nivel 2 son los de… redoble tambores… Tesla. Sí, no creo que sorprenda a nadie dicha conclusión.
