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Ford Mustang de hidrógeno, ¿la salvación del Mustang con motor de gasolina?

Algunos fabricantes -muy pocos- están valorando la combinación de hidrógeno con motor de gasolina, sustituyendo el refinado de petróleo por el gas ecológico (*). BMW y Mazda lo hicieron hace unos años, ahora Toyota es el principal adalid de esta línea de desarrollo. Mas no fueron los únicos, hemos descubierto que Ford también lo llegó a valorar.

Recientemente ha salido a la luz una patente de Ford Motor Company que detalla un sistema que permite mezclar adecuadamente el aire normal y el gas de hidrógeno para evitar el problema de autodetonación. Este fenómeno limita mucho la potencia, empeora el confort y acaba provocando daños por picado de bielas.

La solución de Ford contempla calcular de forma independiente la admisión de aire y la de hidrógeno con tal de obtener la mezcla ideal. Esto ya se hace con motores de gasolina, pero el método hay que refinarlo un poco. La patente es válida para motores de inyección directa y el croquis llega a detallar un V8 con doble sobrealimentación. Si hay un solo modelo de Ford que deba ser el último en electrificarse, ese es el Mustang.

Ilustración esquemática del sistema de inyección aire/hidrógeno de Ford patentado en 2014

Dentro de poco tiempo se celebrará el 58 aniversario de su presentación en sociedad. Ford despertó una auténtica fiebre en 1964, cuyo resultado fue el lanzamiento comercial más exitoso de un coche en la historia del automóvil, con 22.000 ventas el primer día, en 12 meses 418.812 coches, y un millón de unidades en menos de dos años. Nunca volvió a venderse como en 1966. Tras seis generaciones, se han vendido más de 10 millones de Mustang.

Este modelo creció con la premisa de no ser muy largo, tener asientos deportivos de butaca, no superar un precio de 2.500 dólares (22.880 dólares si ajustamos la inflación), evitar arrojar más de 1.100 kg en la báscula y acomodar a cuatro ocupantes. Así nació el 1964½ Mustang en carrocerías coupé o cabriolet, dando al cliente la libertad de elegir un coche económico y chulo, un deportivo o algo más lujoso. GM y Chrysler no tuvieron más remedio que copiar la fórmula con los Camaro y Challenger.

El actual Ford Mustang Mach-e se aleja bastante del espíritu del modelo original, del que ha cogido el nombre principalmente por razones comerciales. Aunque tiene dos o tres generaciones -según gustos- que son para olvidar, el Mustang se Ford-jó una leyenda que sigue viva en la actualidad. El valorar alternativas para su supervivencia entra dentro de lo lógico, sobre todo ahora que Ford tiene una división específica en automóvil convencional, de aspiración y lúdico: Ford Blue.

Sin embargo, no hay que perder de vista un pequeño detalle, la patente se registró en 2013 y se concedió en 2014 y , el año en el que apareció en el mercado la sexta generación del Mustang, así que tiene su tiempo. Como patentado está, pueden lanzarlo al mercado con unos años de retraso, a menos que expire el plazo y ya otro fabricante pueda usar la misma idea.

Ciertamente no sería la solución más eficiente, del pozo a la rueda es mala idea, pero permitiría a largo plazo el disfrute de sus motores V8 para todos aquellos que puedan apreciarlo, con unas emisiones contaminantes casi nulas y con neutralidad en carbono.

Esto se puede trasladar a otros modelos como pick-up, SUV y cualquier turismo de Ford, pero donde tiene sentido a largo plazo solo es en el Mustang y si se atreven otra vez en hacer el GT. Y Respecto al Bronco, me lo estoy pensando.

NOTA: Obtener hidrógeno implica consumir energía, así que solo será ecológico si se utiliza para ello energía de origen renovable. En caso contrario, son trampas al solitario.

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