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El Wuling HongGuang Mini EV vende en China casi tantas unidades trimestralmente como los eléctricos del Grupo Volkswagen

Lo de este cochecillo es un caso digno de estudio. Se mantiene como el número 1 en ventas de coches eléctricos en China, pese a que varios competidores han calcado el concepto. La joint-venture de SAIC, General Motors y Wuling dio en el clavo con este modelo, al menos en el mercado doméstico chino. De enero a marzo, ambos inclusive, se han distribuido 94.778 HongGuang Mini EV -que no matriculado ni entregado-.

Para poner esa cifra en contexto, es prácticamente el mismo volumen de coches eléctricos vendidos por el Grupo Volkswagen -a nivel mundial- en el mismo plazo, 99.100 unidades. Este utilitario ha aumentado las ventas respecto a los tres primeros meses de 2021 en un respetable 30,7%. Si nos fijamos en su inmediato perseguidor, el Tesla Model Y, hay casi 20.000 unidades de diferencia.

Las ventas del HongGuang Mini EV arrancaron en junio de 2020, en plena pandemia de COVID, con unos volúmenes muy discretos hasta otoño de ese año. En 2021 los resultados fueron impresionantes, 395.451 unidades, un 250,7% por encima de 2020. Si la tendencia se mantiene, este año se podría superar un volumen de 500.000 unidades, tal vez más.

Su éxito de ventas no implica necesariamente que la joint-venture esté amasando muchos beneficios, ya que lo están vendiendo prácticamente a coste. Dando por buena la cifra de 12 euros de ganancia neta por cada coche –que data de 2021 y estará ya muy desfasada- con más de 600.000 unidades fabricadas el beneficio es de unos 7,2 millones de euros. Eso, en automoción, es calderilla, vulgar cobre en un pantalón que se echa a lavar.

Este vehículo tiene un encaje muy complicado en el mercado europeo, ya que es más pequeño que un modelo del segmento A al uso (2,92 metros de largo), está claramente inframotorizado con sus 27 CV, y seguramente en Euro NCAP obtendría un suspenso rotundo. No solo por carecer de airbags y pretensores en los cinturones de seguridad, es porque solo ofrece una protección razonable contra un vehículo de su tamaño.

Puede que en las grandes urbes chinas tenga mucho sentido, pero al igual que pasa con los kei car japoneses este tipo de vehículo ultracompacto, poco más que un cuadriciclo pesado, no se ve mucho por las carreteras europeas, y menos se vería en un país tan montañoso como el nuestro al salir de los núcleos urbanos. Se espera que pronto mejore sus características principales (más potencia, más autonomía, más tamaño…) pero esencialmente hablaremos de la misma receta.

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