Hasta ahora los clientes que se compraban un Tesla recibían tanto el cable de Tipo 2, que permite cargar en tomas públicas o domésticas sin cable, y también el cable de Modo 2, que permite recargar en un enchufe convencional. Algo que a partir de ahora ha cambiado y donde el cliente ya no recibirá gratis el segundo, pasando a ser parte del equipamiento opcional.
Este movimiento además llega con un extra de polémica, ya que se produce apenas unas semanas después del importante incremento de precios de los modelos de Tesla, que han llegado a subir más de 6.000 euros en nuestro país.
Pero esto no parece que vaya a ser suficiente y es por eso que a partir de ahora los modelos que se entreguen no contarán de serie con el cable de Modo 2. Este pasará a formar parte del equipamiento a pagar que en España sale por 340 euros, pero que curiosamente en estos momentos aparece como agotado.
Según Elon Musk, la razón es que las estadísticas muestran que el uso de este accesorio es mínimo entre los propietarios de un Tesla, que optan mayoritariamente por el cable de Tipo 2 o directamente los cables que traen los puntos de recarga integrados.
Por un lado la comparación con el caso de los teléfonos móviles no tiene mucho sentido ya que mientras que el teléfono se suele mantener el cargador de una generación para otra, y es un accesorio que tiene un coste de pocos euros, esto no suele suceder con el coche, que lo habitual es entregarlo con el mismo. Algo que supondrá elevar el presupuesto un poco más a los nuevos compradores.
Un punto de carga portátil que puede no parecer de demasiada utilidad, ya que en el caso del modelo que se vende en Europa llega a los 13 amperios con el cable schucko, que no parece mucho pero que nos permite en una hora recuperar unos 12 kilómetros de autonomía. Algo que puede suponer la diferencia entre poder llegar o no a nuestro destino en una zona con poca cobertura de puntos públicos, o poder dejar el coche cargando toda una noche para poder continuar nuestro camino al día siguiente con más comodidad.
Además, otra crítica a sumar a este movimiento está en que el cliente puede que no sepa que no está prescindiendo de este accesorio hasta que le llega el coche. Y es que el cargador no forma parte del configurador, y por lo tanto no puede añadirse como opción durante el proceso de compra del coche.
Algo que si sucede con otras marcas. Para hacerse con el el cliente debe comprarlo en la tienda de Tesla, y lo recibirá en su vivienda de forma independiente al coche. Algo que puede dar pie a equivocaciones y desagradables sorpresas entre aquellos que todavía no tengan un cargador en casa.
