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Europa pone el foco en la contaminación procedente de los frenos. Citroen demuestra que con la frenada regenerativa se puede solucionar

Europa está buscando la reducción de emisiones contaminantes en el transporte. Un apartado que hasta ahora se había centrado en lo que sale del tubo de escape. Pero ahora la Euro 7 tendrá en cuenta también las partículas que se desprenden de los frenos. Un apartado donde los motores eléctricos también tienen una solución gracias a la frenada regenerativa, y donde la marca premium de Citroën, DS, ha presentado hace unos días un prototipo que ha prescindido incluso de los frenos mecánicos.

Será en el mes de julio cuando conoceremos los detalles de la futura normativa Euro 7 que por primera vez va a tener en cuentas las emisiones producidas por los frenos mecánicos. Poner coto a estas emisiones es una forma de seguir limpiando el aire de las zonas urbanas con los coches más modernos.

Un apartado donde los coches eléctricos producen muy pocas emisiones por los frenos gracias a la frenada regenerativa con motor eléctrico. Y cuanto más eficaz es esta, menor desgaste se produce en los frenos. En los coches eléctricos la vida útil de las pastillas de freno es especialmente elevada.

Algo que Citroën ha querido demostrar de una forma extremadamente gráfica con la presentación del prototipo del DS E-TENSE, que ha visto como le retiraban sus frenos mecánicos y se ha instalado un potente sistema de frenada regenerativa.

En este caso el fabricante francés ha puesto en marcha una frenada regenerativa que llega a los 600 kW. Por ponernos en contexto, un modelo medio suele rondar los 50 o 60 kW en el mejor de los casos. Por lo tanto estamos ante un sistema que puede llegar diez veces más potencia.

Para lograrlo, Citroën ha instalado dos motores procedentes de sus coches de su equipo DS que compite en la Formula E. Un sistema de propulsión que según el fabricante permite impulsar a los vehículos hasta 100 km/h en 2 segundos, y revertir el proceso y decelerar en el mismo tiempo.

Los beneficios de esta configuración son múltiples. Desde una reducción de las emisiones de los frenos. También la posibilidad de instalar frenos más pequeños, ligeros y económicos en los vehículos. Además la mejora de la eficiencia del vehículo, que logra aprovechar al máximo la energía que se produce durante la propia frenada.

Por supuesto este se trata de un ejemplo extremo destinado a demostrar de una forma gráfica los beneficios de la frenada regenerativa, ya que su aplicación real tiene algunos problemas. Por ejemplo, es necesario que el vehículo cuente con dos motores, para asegurar la frenada de forma homogénea entre los dos ejes.

También que la potencia de los motores tendrá que ser considerable, lo que lo limitaría en este formato a coches con potencias extremas. También quedaría por ver qué pasaría cuando la batería estuviese al 100% de carga, momento en el que el motor no tiene donde almacenar los excedentes producidos en la frenada.

Pero como decimos, una aplicación comercial donde el vehículo pueda aplicar una potencia regenerativa elevada permitirá reducir el uso del freno mecánico a su mínima expresión, incluso más de lo que ya sucede en la actualidad, y de esa forma dar otro paso más en la reducción de emisiones de los vehículos mejorando su huella de emisiones.

Fuente | DS

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