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La prensa alemana expone los graves problemas de Volkswagen con el software de sus futuros modelos

Desde hace unos años la industria del automóvil ha sufrido cambios drásticos en su fisonomía. No sólo con la electrificación sino también con la digitalización. Un software que ha sido tratado como una cuestión secundaria por los principales grupos occidentales, y que ahora se ha convertido en cuestión de estado para grupos como Volkswagen, que estos días está en el ojo del huracán por culpa de los problemas que atraviesa su apuesta por el software.

A mediados de 2020 Christian Senger, jefe de software de Volkswagen, confirmó la creación de la subsidiaria. Una división dedicada al desarrollo de software que ha dado como resultado la empresa Cariad. Un movimiento que suponía la movilización de 7.000 millones de euros en dejar atrás la dependencia de terceras empresas para los sistemas de sus vehículos, y hacerlo de forma interna.

Sin embargo, dos años después, Volkswagen va muy por detrás de sus competidores como Tesla y los fabricantes chinos, lo que está levantando malestar en el consejo de administración del grupo y que amenaza con mover la silla al actual máximo responsable. Herbert Diess.

Según el influyente diario Der Spiegel, el consejo de supervisión de Volkswagen ha expresado su temor a que la empresa se quede atrás frente a sus rivales en lo que respecta a la movilidad en el futuro. En una reunión en mayo, se habló de «graves errores de gestión» en la filial de software.

Cariad quiere convertirse en el mayor grupo de software europeo después de SAP y que debería beneficiar a las diferentes marcas del grupo. Sin embargo, según los medios, el proyecto al parecer aún no se está ejecutando, por lo que, según el informe, los supervisores solicitaron un informe sobre la situación actual de Cariad para principios de julio.

Y es que una de las motivaciones para hacer una empresa aparte era que al no depender de las decisiones de la dirección del grupo, los procesos deberían ser más simples y las decisiones más rápidas. Algo que supondría seguir el ejemplo de las startup tecnológicas.

Pero a pesar de su independencia, Caridad sigue dentro del grupo y al parecer esto está provocando una guerra de como debe desarrollarse la tecnología entre las diferentes marcas del conglomerado alemán: Volkswagen, Audi y Porsche. Algo que está causando retrasos.

El resultado podría ser catastrófico. Por ejemplo, se habla de que la versión eléctrica del Porsche Macan, prevista para 2023, podría verse retrasada al menos dos años. Por su parte el primer modelo del proyecto Artemis de Audi lo haría tres años, llegando en 2027 en lugar de en 2024. Algo similar a lo que debería ser el buque insignia de Volkswagen, Trinity, que también está amenazado con más retrasos respecto a la actual fecha prevista para 2026.

Por su parte desde la división de software se habría emitido un informe dando su versión de los acontecimientos, indicando la falta de personal como uno de los principales problemas, a los que se suman que parte de la actual plantilla está ocupada solucionando problemas de las versiones de software ya lanzadas. Algo que frena el desarrollo de las nuevas.

Ante estas acusaciones, el máximo responsable del grupo Volkswagen, Herbert Diess, ha indicado que los críticos deberían centrarse en trabajar de forma conjunta y no dedicarse a quejarse públicamente.

Una situación que el Sr Diess ha intentado solventar con un inesperado giro de los acontecimientos con la firma de un importante acuerdo con los gigantes tecnológicos Qualcomm e Intel, con los que trabajarán en aspectos como la tecnología de conducción autónoma, y el software de los vehículos.

Fuente | Spiegel

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