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Reino Unido comprueba por las malas que sin baterías no hay fábricas de coches, y sin ellas no hay empleos

La otrora potente industria automovilística británica lleva décadas en decadencia con una constante pérdida de fábricas y competitividad. Pero la transformación del sector hacia el coche eléctrico no ha hecho más que acelerar una problemática que tiene como base la falta de inversión y apuesta por sectores como la producción de baterías. Un elemento que se ha convertido en clave para atraer nuevas líneas de producción de vehículos, y que están esquivando a un mercado que se ha puesto de perfil.

Y es que la que llegó a ser segunda potencia mundial en la producción de coches ha visto como han caído hasta el puesto 11. Y la cosa no para de empeorar con un descenso en la cantidad de vehículos fabricados en un 11% el pasado mes de abril. Algo donde los expertos indican que la falta de inversiones en sectores como la fabricación de baterías tiene mucho que ver, y donde la administración pública se lleva buena parte de la culpa.

Así lo ha indicado Andy Palmer. El actual director ejecutivo de Aston Martin y en su momento número dos de Carlos Ghosn en Nissan durante el lanzamiento del LEAF, ha indicado que: «Está a punto de ser demasiado tarde para preservar el papel del Reino Unido como un importante productor de automóviles. A menos que haya un efecto del palo y la zanahoria para incentivar la producción de baterías en el Reino Unido, es solo cuestión de tiempo antes de que la industria automotriz aquí se convierta en una industria de nicho que atienda solo a marcas como Rolls-Royce y Bentley«.

El problema británico tiene muchas aristas. Desde el alza de los precios de la energía, la subida de los aranceles y costes por el Brexit, pero también la casi total ausencia de inversión en la producción de baterías que se han centrado en la Europa continental.

Y es que el problema para los ingleses es que han entrado en una espiral negativa que supone que los fabricantes de baterías no apuesten por su mercado, ya que cada vez hay menos fábricas de coches, y no hay nuevas fábricas de coches por que no hay cerca instalaciones que produzcan baterías.

Un dato muestra la magnitud del problema. Según la Coalición para la Descarbonización del Transporte, para mantener el tamaño actual del sector del automóvil, el Reino Unido necesita aumentar la capacidad de producción de baterías en 45 veces, hasta más de 90 GWh/año.

De momento además de la antigua instalación de Nissan en Sunderland, ahora propiedad de la empresa china Envision, el Reino Unido suma otra iniciativa que está desarrollando la startup Britishvolt. Una gigafábrica que contará con una capacidad máxima de 30 GWh, suficiente para unos 300.000 coches, pero que no entrará en funcionamiento hasta 2027.

No baterías, no coches

El problema para Reino Unido es que las inversiones en este sector se están marchando para la UE. Esto se debe en parte al proyecto común para incentivar con dinero público la puesta en marcha de una enrome red de fábricas de baterías, y plantas de reciclaje de las mismas, que cuenta con un presupuesto de 6.000 millones de euros. Un dinero que de momento ha desbloqueado una inversión privada de unos 14.000 millones de euros.

Frente a esto encontramos los apenas 100 millones de libras que destinará el gobierno de Boris Johnson a la única gigafábrica en marcha en su país.

El resultado son anuncios como el realizado este mes por Volkswagen, que presentaba los planes para levantar un centro de producción de coches eléctricos y baterías en las instalaciones en España, donde invertirá hasta 10.000 millones de euros. Un anuncio que llegó justo después del lanzado por el consorcio formado por Stellantis y Mercedes-Benz, que supondrá levantar una tercera fábrica de baterías Italia, además de los ya planificados para Alemania y Francia.

El resultado es que las marcas británicas o situadas en su territorio están ahora desesperadamente buscando baterías para sus coches eléctricos. Es el caso de Jaguar, que se ha marcado como objetivo ser 100% eléctrica para 2025, y sus socios de Land Rover, que están en conversaciones con iniciativas como Nortvolt o SVolt, para lograr suministro de baterías. Unos acuerdos que todavía no están sellados y que ponen en peligro la producción para los próximos años.

Un conjunto de falta de planificación, visión e inversiones en sectores como la producción de baterías, que está llevando a la industria británica del automóvil a un callejón sin salida que tendrá a la industria dentro de la Unión Europea uno de los principales beneficiados.

Una industria que debe tomar nota y que puede observar que sin producción de baterías competitiva y cerca, no será fácil atraer nuevas inversiones para la producción de coches eléctricos.

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