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NIO desplegará una red de cambio de baterías para coches eléctricos en Europa ¿Éxito o fracaso?

Los sistemas de cambio de batería para coches eléctricos es una alternativa que se ha intentado en Europa, pero con fatales consecuencias en lo comercial. Pero ahora desde China llega un nuevo intento de la mano del fabricante NIO, que ya trabaja en el despliegue de sus primeras estaciones de cambio en mercados como Alemania. La pregunta es ¿Un golpe genial o un fracaso anunciado?

Lo ha confirmado Ralph Kranz, gerente de NIO en Europa, que ha indicado que están en plena fase de búsqueda de localizaciones para la instalación de sus primeras estaciones de cambio de batería para sus coches eléctricos.

NIO quiere localizar sus estaciones en ejes y nudos de tráfico importantes. Sobre todo, se están considerando plazas de aparcamiento para empresas minoristas en el centro de las ciudades y cerca de autopistas y carreteras principales.

En China, NIO ya ha puesto en funcionamiento más de 900 estaciones, para finales de año debería haber 1.300 en marcha, mientras que el objetivo es alcanzar las 4.000 en 2025 en todo el mundo, incluyendo 1.000 en Europa.

Estas estaciones son capaces de sustituir una batería descargada por una totalmente cargada en unos 5 minutos. Cifra que podemos comparar con los 30 minutos que necesita un NIO para pasar del 10% al 80% en una toma de 180 kW. Un proceso totalmente automatizado donde el cliente solo tendrá que colocar el vehículo sobre unas marcas, y los robots de la estación se encargarán de todo el proceso.

¿Cuánto cuesta un cambio de batería de NIO?

Actualmente, NIO solo cuenta con una estación en marcha en Europa, situada en Oslo, Noruega. Sin embargo, utilizando la estructura de precios de Noruega como guía, podemos estimar cuánto podría costar un cambio a un conductor de NIO que quiera cambiar su batería.

Actualmente, los clientes del NIO ES8 en Noruega pueden acceder a suscripción que incluye dos cambios completos de batería o hasta 200 kWh de carga rápida en la red pública por mes, y todo lo que supere esto tiene un coste adicional. En Europa, NIO cobra 20 céntimos de euro el kWh, más una tarifa plana de 10 euros/mes por usar la estación de intercambio.

Esto quiere decir que sobre el papel, el coste máximo para un cambio de batería de 100 kWh es de 30 euros. Algo que sería en torno a un 50% menos del coste de una recarga rápida completa.

Eso si, antes de lanzar las campanas al vuelo e ir corriendo a reservar un NIO, hay que recordar el gran hándicap de los sistemas de cambio de batería. Y es que dicha batería no es tuya. Es del fabricante, que nos la alquila. En el caso de NIO en Noruega, los clientes pueden optar por el alquiler de la batería, que permite el acceso al sistema de cambios, y que supone un menor coste del vehículo, 51.000 euros al cambio, pero con una cuota mensual de entre 146 y 209 euros al cambio. 

Por otro lado el cliente puede adquirir el vehículo con la batería en propiedad, con un coste de 60.000 euros. Pero…no podrá acceder a las estaciones de cambio de batería.

Al menos NIO es consciente que el formato de alquiler cerrado no tiene mucho sentido, y ofrece la posibilidad de comprar la batería a los que hayan suscrito el sistema de alquiler, pero no vayan a sacarle partido y prefieran pasarse al otro sistema.

Otro problema es que las estaciones solo podrán atender a los coches de NIO. Algo que limita mucho la rentabilidad económica de unas instalaciones extremadamente costosas. Para tratar de solucionarlo, el fabricante está en conversaciones con algunas marcas para adaptar el sistema. Pero no será fácil convencer a los fabricantes ya que estos tendrán que adaptar físicamente sus vehículos, y usar las mismas baterías que NIO.

La pregunta es ¿Tiene futuro el cambio de batería en Europa? La respuesta la tendrá que obtener cada uno analizando pros y contras. Un sistema de cambio de baterías que parece mejor diseñado para aquellos clientes de un coche diésel o gasolina reacios al cambio, o que no tengan una infraestructura de carga suficientemente robusta como para cumplir sus necesidades.

Un sector industrial y profesional que podría sacar mayor partido a un formato que tendrá que enfrentarse con la recarga rápida que cada vez es más rápida, y cuenta con más espacios en las carreteras europeas.

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