¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

No solo Elon Musk ve riesgo de recesión. Carlos Tavares, CEO de Stellantis, también

Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar. Día tras día se ven más señales de que vamos de cabeza hacia otra recesión económica, y empieza peligrosamente a parecerse a la de 2008. Dos de los ejecutivos mejor pagados y de mayor eficacia de la industria, Elon Musk (Tesla) y Carlos Tavares (Stellantis), empiezan a ver el panorama muy sombrío.

Los bancos centrales empiezan a echar el freno a una economía recalentada después de la pandemia, aumentando los tipos de interés, tratando de contener la peor inflación desde los años 80. Esto implica que se acaba la fiesta del dinero barato por lo que suceden varias cosas: baja el gasto público (incluyendo incentivos a la compra) y el consumo, se encarecen los préstamos, los eslabones más débiles del sistema quiebran, etc.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, mandó recientemente un mensaje a los políticos y gestores de los bancos centrales: «Si ustedes dañan la capacidad de las clases medias de comprar coches electrificados porque les apoyan menos porque no tienen suficiente dinero, porque necesitan ajustar el déficit, porque no pueden continuar endeudándose, porque los costes de la deuda son más caros, porque aumentan los tipos de interés, están incrementando el brecha».

El Opel Corsa-e es uno de los coches eléctricos más económicos de Stellantis

La frase tiene complejidad sintáctica y hay que leerla despacio. Con «brecha» se refiere a la dificultad de afrontar un coche eléctrico o híbrido enchufable por su mayor precio respecto a un modelo de combustión interna convencional. De hecho, Stellantis está preparándose para una caída drástica de las ventas y a pesar de todo mantener su rentabilidad.

Entre 2025 y 2030 Stellantis va a invertir 35.500 millones de dólares en electrificación y software, esperando que más de la mitad de sus ventas sean de modelos electrificados. «Si la demanda desciende porque desaparece el factor de asequibilidad, tenemos entonces que aguantar con una menor base de clientes», y con eso se refiere a perder la mitad de sus ventas.

Eso significa simple y llanamente que Stellantis no entrará en pérdidas solo con lo que saque de facturar a la clientela con mayor capacidad de gasto. Huele a una poda de modelos económicos en la mayoría de sus marcas, por lo menos. Una recesión en la que una empresa tan grande pierde al 50% de sus ventas es una recesión de consecuencias muy graves.

Esta reducción de ventas tendría un efecto beneficioso, si nos sirve de consuelo. Stellantis esperaba problemas de suministro de baterías entre 2024 y 2028 hasta que las nuevas fábricas estuviesen listas, o hasta que estas dispongan del adecuado suministro de materias primas. Si baja la demanda, la producción saldrá adelante antes.

«Lo único que realmente ayuda a salir adelante es la estabilidad. […] Dejen de cambiar las reglas. Que se queden como están, y dejen a la gente trabajar con rigor y concentración», dijo el ejecutivo.

Podemos apostar a que no van a hacerle caso. También es un mensaje para los que deciden las normas antipolución y cortapisas legales que, para que los fabricantes los superen, han de invertir más y por tanto encarecer sus productos. Además, las limitaciones de producción ponen en peligro la consecución de objetivos de reducción emisiones, aunque se estén priorizando las piezas y las materias primas en modelos de gama alta y electrificados.

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame