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Esta revolucionaria batería de electrolito sólido retiene el 71% de su capacidad después de 6 millones de kilómetros de uso

El electrolito sólido se ha posicionado como una de las tecnologías que buscan revolucionar el sector del transporte por factores como su mayor densidad energética y compatibilidad con las recargas rápidas, además de su seguridad. Ahora un equipo chino ha logrado desarrollar unas celdas que además añaden la características de ultrarresistentes a sus muchos beneficios.

Este diseño ha sido obra de un equipo de la Escuela de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Universidad de Tsinghua, que han desarrollado un material del electrolito que además de una larga vida útil, añade el factor de ser un material económico, contar con una alta conductividad eléctrica, buena estabilidad química y una amplia ventana de voltaje.

El equipo de Tsinghua desarrolló una membrana de electrolito sólido delgada y flexible compuesta por sulfuro de argirodita Li6PS5Cl y una estructura polar de poli(fluoruro de vinilideno-co-trifluoroetileno) (P(VDF-TrFE)).

El sulfuro: La clave de la larga vida de las baterías de electrolito sólido

La batería ensamblada con esta delgada membrana de electrolito compuesto mostró un excelente rendimiento cíclico con una capacidad de retención del 92% después de 1.000 ciclos de carga y descarga con una corriente de 1,0 mA cm-2 a temperatura ambiente. Algo que supondría que para un coche con una autonomía real de 300 km, después de 300.000 kilómetros la batería habría acumulado una degradación de sólo el 8%.

Lo mejor de todo es que la curva de degradación se iría aplanando posteriormente, y según los resultados de las pruebas en el laboratorio, estas celdas después de 20.000 ciclos seguirían manteniendo el 71% de su capacidad original.

La cifra más abultada lograda hasta ahora por una celda de estas características y que extrapolado al mismo vehículo supondría que después de 6 millones de kilómetros, la batería habría perdido un 29% de capacidad, pero seguiría ofreciendo una autonomía real de algo más de 200 kilómetros con cada carga.

Esto de confirmarse fuera de laboratorio, supondría directamente que un coche desde el punto de vista de la vida de la batería podría durar toda la vida del propio cliente, si no lo cambia antes por aburrimiento o por uno más moderno, sino que permitirá reutilizar la batería en materias como el almacenamiento estacionario, donde podrá ofrecer su capacidad durante décadas.

Vía | Cnevpost

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