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Entra en vigor la norma UNECE R-156 en Europa, que regula las actualizaciones OTA

La llegada del software para funciones avanzadas en los vehículos modernos tiene sus pros y sus contras. Tradicionalmente los coches han salido de fábrica con un sistema definitivo o que prácticamente ya lo estaba, con una carga de programación baja, diseñado para durar toda la vida del vehículo. Ahora es diferente, el software está pensado para irse mejorando y actualizando, y de paso para solucionar pifias de la fase de diseño y pruebas.

Tesla ha sido uno de los pioneros en este paradigma, que mayoritariamente ha tenido consecuencias positivas. Los propietarios reciben de vez en cuando actualizaciones que aumentan las funciones disponibles o mejoran las existentes, lo cual es bueno, aunque también tienen una cara negativa, como cierto usuario que vio limitada la capacidad de sus baterías en 30 kWh tras una actualización, o coches que quedan inservibles temporalmente tras una actualización fallida.

Tarde o temprano, los reguladores tenían que meter mano en este asunto. Desde julio está en vigor la norma internacional UNECE R-156, que regula las actualizaciones a través de Internet también conocidas como Over The Air (OTA). Estas actualizaciones se realizan a través de una conexión a Internet y no requieren una intervención presencial en el servicio técnico. La norma aplica en Europa a todas las nuevas homologaciones, y a cualquier vehículo fabricado a partir de julio de 2024.

Los fabricantes tienen dos años para adaptar los cambios a todo aquel vehículo que ya esté homologado, tenga actualizaciones OTA, y se siga fabricando entonces

De acuerdo a esta nueva normativa, si un fabricante realiza una actualización OTA que permite que un vehículo con un sistema de conducción semiautónoma de Nivel 2 pueda desenvolverse en un Nivel 3, hará falta una nueva homologación tipo. No es lo mismo corregir el volante mientras uno conduce que disfrutar de una conducción pilotada dentro de atascos sin tener que mirar siquiera a la carretera.

Las autoridades de certificación estarán pendientes de las funciones que cambian o se introducen con las sucesivas actualizaciones OTA, de cara a mantener la homologación tipo. Por ejemplo, en Volkswagen nos contaron que su software no se puede rehacer desde 0 porque haría falta rehomologar, así que es más económico y sensato solucionar todos sus problemas actuales.

Por otra parte, la normativa exige que los propietarios estén informados de qué implica una nueva actualización en todo momento, y deben aceptarlo o negarse. Se permiten descargar e instalar las actualizaciones en marcha, siempre y cuando no afecten al funcionamiento del vehículo. En caso de éxito se informará de ello, y en caso de fallo también, invitando al propietario a acudir a un servicio técnico para revertir los cambios.

Sistema semiautónomo DRIVE PILOT de Mercedes-Benz (Nivel 3) en acción

El efecto colateral de esta normativa es que si los fabricantes no han logrado adaptar los sistemas software de acuerdo la R-156 en 24 meses en homologaciones existentes, se verán obligados a retirarlos de producción. Y en el caso de que alguna homologación tipo sea revocada, la producción deberá detenerse de inmediato, porque no es posible la matriculación de un vehículo sin homologación tipo.

Enlace | UNECE

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