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32 estudios concluyen que las bombas de calor eléctricas son más eficientes que el uso de hidrógeno para calefacción

Según nos acercamos a la era del hidrógeno, empieza a ser importante atenerse a la evidencia científica y contable a la hora de establecer prioridades. Continúa acumulándose el consenso acerca de lo inadecuado de usar hidrógeno como reemplazo del gas natural para calefacción. Las razones son varias: será más caro (producirlo y consumirlo), apenas reducirá las emisiones, su impacto será limitado y temporal, etc.

Hay que recordar algunas leyes físicas. La eficiencia de la ruptura de moléculas de agua con electricidad (hidrólisis) es baja (~20%), a lo que hay que sumar la eficiencia de las calderas (~15%). A todo esto, dado el menor volumen energético por unidad de volumen, hay que usar más energía para bombear hidrógeno en vez de metano (gas natural). Y como se precisa más electricidad, hay mayor impacto ambiental por la fabricación de medios de generación y por el espacio que necesitan.

El investigador de la Universidad de Oxford Jan Rosenow ha agrupado las conclusiones de 18 estudios en un artículo científico en la revista Joule, y refuerzan las conclusiones de informes anteriores. Sigue sin tener sentido. El hidrógeno verde prácticamente doblaría los precios al consumidor doméstico en 2030, y en 2039 ya merecería la pena respecto al hidrógeno azul (de origen fósil, con captura y almacenamiento de CO2 asociada).

«El hidrógeno para calefacción doméstica es menos económico, menos eficiente, más intensivo en consumo de recursos, y asociado a mayores impactos medioambientales»

Jan Rosenow
Este sistema de calefacción combina una bomba de calor con un sistema de hidrógeno

La evidencia acumulada no descarta al 100% la viabilidad del hidrógeno, acota su utilidad a casos muy particulares. Por ejemplo, en horas punta del sistema eléctrico, el hidrógeno puede ser útil en bombas de calor híbridas. Se reconoce también la posibilidad de generar hidrógeno a partir de los excedentes de producción renovable, pero con un impacto residual en la calefacción doméstica.

En consecuencia, si hacemos caso a los científicos no merece la pena seguir tirando de la vía del hidrógeno para calefacción doméstica, a menos que se tenga en cuenta que su impacto solo será limitado y temporal, y en casos muy concretos. Es preferible recurrir a soluciones probadas y más eficientes como las bombas de calor eléctricas, energía termosolar o la calefacción urbana.

Hacen falta soluciones para abaratar la calefacción, si abandonamos el gas natural fósil no puede ser a expensas de aumentar los costes al doble

El hidrógeno sigue siendo una solución viable para grandes consumidores industriales que son muy difíciles de electrificar, como siderúrgicas, y para determinados medios de transporte. Pero en cualquier caso, el coste de generación del hidrógeno es uno de los principales problemas a la hora de que salgan las cuentas. Esto es lo que deberían ir asimilando aquellos que tienen la responsabilidad de tomar decisiones.

Vía | Recharge News
Enlace | Jan Rosenow. «Is heating homes with hydrogen all but a pipe dream? An evidence review». Joule (2022)

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