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Convertir los autobuses de combustión a eléctricos, la propuesta de Kleanbus

¿Qué es mejor, comprar autobuses eléctricos nuevos, o hacer un retrofit a la flota existente? Según la empresa británica Kleanbus, lo último es mucho más económico, hasta la quinta parte del coste de un autobús nuevo, o cinco retrofit por el mismo precio. El truco está en la forma de construcción de los autobuses, que es la misma de fabricación de coches predominante antes de la generalización de los bastidores monocasco.

Cuando se compra un autobús a un fabricante, en realidad, se compra el bastidor/chasis, cadena cinemática, etc. Luego son carroceros independientes los que visten todo eso, colocan la carrocería, asientos, barras, etc. Kleanbus lo que hace es ese proceso al revés, separa la cadena cinemática del resto del autobús, y da el cambiazo.

Para ello, Kleanbus lo que hace es diseñar una adaptación del bastidor a medida de cada autobús térmico retirado, a partir de una plataforma prediseñada, y coloca las baterías, motores y demás elementos auxiliares en consonancia. En el caso particular de los motores, no son de imanes permanentes ni precisan de tierras raras. La plataforma está supuestamente desarrollada con proveedores de alto nivel o Tier 1, que suministran directamente a fabricantes.

Una vez que se ha prototipado el chasis y se han realizado las primeras pruebas, el proceso de retrofit en sí dura un par de semanas. Además de ser una solución eficiente desde el punto de vista financiero, parece rápida. Solo en el Reino Unido hay más de 35.000 autobuses diésel circulando, a golpe de subvenciones o con el ritmo de reposición que hay, se tardará mucho tiempo en sustituirlos.

La solución de Kleanbus es apta para autobuses de un piso o los famosos double decker de dos pisos, independientemente de si su motorización actual es diésel, híbrida diésel o de gas natural comprimido. En su página web especifican que trabajan con autobuses con cinco a 10 años de edad, de forma que el resto del vehículo no queda demasiado anticuado (aunque también le pondrían solución a eso).

De momento es una empresa emergente y con un ámbito geográfico limitado, pero la idea es extrapolable a otros transformadores que hagan lo mismo: diseñar una plataforma de autobús flexible, adaptarla a cada caso particular, retirar la cadena cinemática de combustión y colocar la nueva totalmente eléctrica. Sería una buena oportunidad para empresas españolas hacer lo mismo, ya que tenemos varias carroceras -y con buena reputación- sobre la piel de toro.

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