¿Quieres estar informado diariamente con las últimas novedades del mundo del motor?

Ahora no Permitir

Arabia Saudí exporta petróleo, y también exportará más de 150.000 coches eléctricos a medio plazo

Arabia Saudí, el epicentro del mundo musulmán, salió de la Edad Media gracias a los pingües beneficios del negocio del petróleo hará ya un centenar de años. Pero la familia Al-Saud sabe que su actual próspera nación tiene que diversificar su economía y pensar en un mundo sin petróleo. Hemos conocido un detalle interesante de su nueva estrategia industrial.

Cerca de la mitad de la riqueza de Arabia Saudí se debe a las exportaciones de petróleo, y la empresa más cotizada del planeta es Saudi Aramco, su petrolera nacional. Pues bien, con vistas al futuro, otros sectores económicos crearán riqueza sin petróleo, parte de su estrategia Vision 2030.

Uno de ellos será el de fabricación y exportación de coches eléctricos, con un objetivo de exportación de al menos 150.000 unidades en 2026. Así lo aseguró el miércoles Abdulla Bin Amer Al-Swaha, ministro saudí de Comunicaciones y Tecnologías de la Información. ¿Y cómo van a conseguir tal cosa? Con la inestimable colaboración de Lucid Motors, automovilística de nuevo cuño controlada por su fondo soberano de inversiones, con un 61% de su accionariado y una prematura inversión de 1.000 millones de dólares en 2018.

En mayo comenzó la construcción de la segunda fábrica de Lucid, la AMP-2. Puede que cuando esté la fábrica en marcha no haya una gran demanda de coches eléctricos en el reino árabe, pero eso se puede solucionar a golpe de talonario: comprando a su empresa de 50.000 a 100.000 coches, para que se vayan creando las economías de escala necesarias.

El petróleo sigue siendo volátil: en 2020 su precio puntualmente fue negativo por falta de demanda, y el barril se elevó a niveles muy elevados recientemente. Así es difícil cuadrar la contabilidad de un país exportador de petróleo

Hoy día, Lucid Motors es un fabricante pequeño, que produce al ritmo que puede en sus instalaciones de Arizona (EEUU), con un producto que se mide sin complejos con Mercedes-Benz. Solo para la segunda fábrica los saudíes van a aportar 3.400 millones de dólares. Con semejante chequera, esto es jugar en modo fácil.

Aparte de Lucid, el sector del automóvil es prácticamente inexistente en el país. No obstante, la creación de un parque de proveedores, la atracción de talento extranjero (bien pagado, obviamente) y la envidiable situación geográfica de la nación de las dos mezquitas sagradas… hacen que esta propuesta no sea ninguna tontería, ni el simple delirio megalómano de una monarquía teocrática. Es factible.

En 2026, una producción de más de 150.000 unidades para exportación no puede sonar un número muy grande, considerando las cifras que manejan hoy día fabricantes como Tesla, BYD o Volkswagen, pero servirá para poner a Arabia Saudí en el mapa de la industria del automóvil. No hay que subestimar ni las bendiciones de Alá ni los miles de millones de dólares que siguen sacándose del oro negro.

Compártelo: Compartir en WhatsApp Compartir en Menéame