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Europa dejará de depender de las baterías chinas en 2030

La industria asiática controla el 92% del mercado mundial de baterías. Las empresas de países como China (BYD, CATL), Corea del Sur (LG Energy Solution, Samsung SDI, SK Battery) y Japón (Panasonic) dominan con claridad este sector estratégico, motivo por el que los fabricantes de automóviles occidentales actualmente dependen por completo de ellas para fabricar sus coches eléctricos.

Además, a esto tendríamos que sumar el hecho de que China se ha ido haciendo con el control de gran parte de la cadena de suministro, algo que preocupa especialmente a las autoridades europeas, que ven peligrar la hegemonía tecnológica del viejo continente si no consiguen recortar distancias en los próximos años.

De acuerdo con un informe de Goldman Sachs, los esfuerzos de Estados Unidos y Europa para desarrollar su propia industria de baterías podrían comenzar a dar resultados en 2030. La ventaja competitiva de China se irá desvaneciendo gracias a las políticas proteccionistas de occidente, a la aparición de nuevas químicas menos dependientes de la cadena de suministro china y al reciclaje de packs.

Para lograr una cadena de suministro autosuficiente, occidente deberá gastar 78.200 millones de dólares en baterías, 60.400 millones de dólares en componentes, 13.500 millones de dólares en minería de litio, cobalto y níquel, y 12.100 millones de dólares en el refinado de estos materiales. En total, las inversiones requeridas superarán los 160.000 millones de dólares.

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Las baterías de sodio y litio-azufre serán parte de la solución

Las químicas alternativas a las actuales LFP (litio-ferrofosfato), NCM (níquel, cobalto, manganeso) y NCA (níquel, cobalto, aluminio) todavía deben superar algunos problemas antes de su comercialización masiva, pues las baterías de sodio tienen una baja densidad energética, mientras que las de litio-azufre ofrecen una vida útil reducida.

Esto se debe a que el azufre es muy corrosivo. A pesar de ello, las baterías de litio-azufre prometen una densidad energética superior a las de iones de litio a una fracción de su coste (según las últimas estimaciones, podrían bajar de los 40 dólares/kWh, haciendo que los coches eléctricos sean menos costosos que sus equivalentes térmicos).

Las de sodio inicialmente estarán destinadas a vehículos de bajo coste, por lo que esta tecnología será clave de cara a la popularización de la movilidad eléctrica, sobre todo en regiones como África, China o India. «Todavía dependemos de la cadena de suministro china. Si observamos las implicaciones geopolíticas globales de eso, es un desafío para la seguridad energética, la seguridad económica y la seguridad nacional», explica James Quinn, CEO de la empresa inglesa Faradion, especializada en este tipo de baterías.

Fuente | Automotive News Europe

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