A finales de año, Volvo presentará la tercera generación del XC90, el SUV más grande de su alineación. El todocamino sueco, que pasará a ser 100% eléctrico, convivirá por primera vez con un modelo más grande, el crossover Embla (conocido anteriormente como XC100). Así, Volvo cubrirá los segmentos E (ejecutivos) y F (de representación).
Gracias a una filtración desde la oficina de patentes europea, podemos confirmar que la denominación comercial del vehículo cambiará para reflejar su nueva naturaleza eléctrica, pues pasará a llamarse EXC90. Hasta ahora, Volvo añadía el apellido Recharge a sus modelos (XC40, C40) para diferenciar sus versiones eléctricas e híbridas enchufables de las térmicas; sin embargo, parece que para evitar confusiones entre BEV y PHEV finalmente los eléctricos añadirán una E inicial a su nombre.
El diseño definitivo del vehículo también se ha filtrado por completo. Aunque sus proporciones serán relativamente continuistas, varios cambios lo diferenciarán de su predecesor. Para empezar, los faros con la característica forma de «martillo de Thor» serán ahora mucho más finos, mientras que la calandra pasará a estar completamente cegada.
La línea lateral será algo más estilizada, mientras que las puertas incluirán unos tiradores encastrados para mejorar la aerodinámica. Los pilotos por su parte se «deconstruirán», pues mientras que su sección inferior adoptará un aspecto similar al visto en el Polestar 2 (dos grupos ópticos en forma de C unidos entre sí a lo ancho del portón), también existirá un módulo superior de diseño vertical integrado en la luna.
El Volvo EXC90 se presentará a finales de 2022
En el habitáculo habría que destacar el uso de un salpicadero con la pantalla central en formato retrato y unos aireadores que ocuparán todo el ancho del tablero. La consola central, de tipo flotante, incluirá numerosos huecos portaobjetos. El volante tendrá tres radios y no faltará un Head-up Display para mejorar la visualización de la información.
El Volvo EXC90 se asentará sobre la plataforma modular SPA2. Entre otros avances, contará con un sistema eléctrico de 800 voltios, lo que debería permitirle ofrecer unos tiempos de carga muy competitivos. Su autonomía probablemente supere los 600 km bajo el ciclo de homologación WLTP. Además, incluirá de serie un sensor LiDAR de Luminar.
«Vamos por buen camino. Nos hemos comprometido a lanzar cierta cantidad de vehículos cada año, y tomaremos la decisión sobre cuándo lo lanzaremos, pero el cuarto trimestre de este año es cuando daremos a conocer más detalles sobre este producto. Es un momento muy emocionante para nosotros porque nos lleva a otra esfera: es otro bloque de construcción hacia el futuro. Ese modelo en sí mismo es un vehículo extremadamente importante para nosotros», explicó recientemente Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo.
