Las empresas estarían interesados en los coches eléctricos…con el doble de autonomía

Un estudio realizado por el Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO) indica que el principal obstáculo para las empresas españolas a la hora de plantearse la adquisición de un coche eléctrico es la autonomía. Según este informe, si esta fuese del doble de la actual cifra, en torno a los 300 kilómetros con cada carga, el 34% de las empresas de nuestro país se plantearían seriamente la incorporación de estos modelos para sus flotas.

Este informe, realizado entre 4.500 gestores de flotas en 15 países, también indica que la mitad los empresarios europeos consultados, estarían interesados en adquirir esta tecnología para sus empresas, pero la practicidad les hace decantarse por otras alternativas convencionales.

Otros factores son los económicos y mientras que el 40% conoce los beneficios de las ayudas públicas, la idea de que el precio duplica o triplica al de un modelo con motor de combustión disuade a muchos compradores, mientras que el 19% esgrime la falta de un taller oficial para realizar el mantenimiento y la reparación con total garantía.

Según Alejandro Madrigal, director del CVO.

 “Es necesario disipar el temor de que con 150 kilómetros de autonomía van quedarse sin batería en mitad de un trayecto, perjudicando la productividad y la imagen de la compañía. El 60% de los conductores recorren de promedio una distancia de 36 kilómetros diarios, por lo que el eléctrico es una solución idónea, sobre todo, en ciudad por su bajo consumo: apenas 1,5 euros por cada 100 kilómetros”

Queda claro, según este estudio, que el desconocimiento es el principal escollo para la entrada de los coches eléctricos en el sector industrial ya que siendo conscientes de la limitación de la tecnología, esta puede ofrecer una alternativa perfectamente válida a nuestras empresas.

Una alternativa como por ejemplo la que encarna la Kangoo ZE, una furgoneta con una autonomía de 170 kilómetros con cada carga, según ciclo NEDC, que tiene un precio de 17.600 euros, 14.000 euros para las empresas que se deduzcan el iva, a los que tenemos que sumar el alquiler de la batería, una mensualidad de 75 euros al mes, más impuestos.

Con un rápido cálculo, que después de cuatro años, con 170 kilómetros, recorridos durante cinco días a la semana, tendremos un total de 163.200 kilómetros.

Con el actual precio de la electricidad y haciendo una media entre horas supervalle donde la tarifa es más económica, 0,0557€ el kWh, y la más cara, 0,167€, y con un consumo medio en el peor de los casos de unos 20 kWh, cada 100 KM, nos saldrá que con la Kangoo eléctrica habremos consumido un total de 3.590 euros de electricidad.

Por su parte, una Kangoo dCI de 70 CV, con un coste de 14.500 euros, hace una media oficial de 5.2 litros cada 100 KM, que en el mundo real y con carga es algo más, lo que supone que después de los 163.200 kilómetros habrá  consumido 10.900 euros en gasóleo, además de los correspondiente mantenimientos cada x kilómetros y los mayores impuestos, pago en zona azul..etc.

Resumiendo, la versión eléctrica después de cuatro años nos habrá costado, 17.600€, más el alquiler de la batería, 4.200 euros, mas el consumo eléctrico, 3.590€, hacen un total de 25.390 euros, mientras que la versión diésel ascenderá la inversión a 25.400, a lo que tendremos que sumar los costes de mantenimiento mecánico que podemos calcular en torno a los 2.000 euros, contando que los realicemos en centros oficiales Renault.

La diferencia es que, además de ser más barato, después de estos cuatro años, el modelo eléctrico podrá recibir una nueva batería y seguir funcionando como nueva, mientras que la versión diésel comenzará a afrontar una madurez de la que la suerte determinará si continua con su andadura sin problemas, o se convierte en una fuente de gastos en mantenimiento.

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Fuente:
Motor Atlántico