Ya habíamos informado con anterioridad de que Mazda estaba preparando la resurrección de su motor rotativo para el año 2019 con el objetivo de utilizarlo como extensor de autonomía para su primer coche eléctrico. El motor de rotores es una de las soluciones técnicas más defendidas por Mazda a lo largo de las últimas décadas, si bien las normativas de emisiones precipitaron su final a principios de década, cuando se montaba en el peculiar deportivo RX-8.
Por el momento, Mazda sólo ha revelado pequeños detalles de este propulsor, que tendrá como gran ventaja un tamaño muy reducido (como dos cajas de zapatos) que lo hará ideal como extensor de autonomía. Sin embargo, ahora nos han llegado unas noticias realmente interesantes: Toyota podría estar interesada en utilizar el motor rotativo de Mazda en sus propios eléctricos de rango extendido.
Recordemos que actualmente Mazda y Toyota forman parte de una alianza enfocada al desarrollo de una plataforma modular común para coches eléctricos. A pesar de que Mazda no se podrá beneficiar de la tecnología de baterías de electrolito sólido de Toyota, parece que esta última sí que podría echar mano de una de las tecnología más preciadas de su socia.
En el pasado CES de Las Vegas, Toyota presentó el prototipo e-Palette. Un vehículo eléctrico y autonómo que podría utilizarse tanto para el transporte de mercancías como de personas gracias a su estructura de tipo modular. Entre otras empresas, podemos destacar la colaboración de Amazon, DiDi, Mazda, Pizza Hut y Uber en el proyecto.
Ahora se ha revelado que el papel de Mazda consistirá en proporcionar el motor rotativo extensor de autonomía para el e-Palette, pues según el uso para el que se destine cada unidad será necesaria una autonomía superior a la proporcionada por las baterías. A cambio, Mazda podrá acceder a todos los datos relativos al desarrollo del e-Palette.
Fuente | InsideEVs
