El año pasado, Puerto Rico se vio afectado por el huracán María, que golpeó de forma devastadora a la isla y destrozó gran parte de sus infraestructuras. Meses después, la población puertorriqueña sigue viéndose afectada por los estragos del huracán, pues se han tenido que acostumbrar a lo que algunos llaman la «nueva normalidad»: apagones generalizados continuos por los daños en el tendido eléctrico.
Así, todas las semanas se están dando fallos en la red que dejan a miles de personas sin electricidad. Muchas otras tampoco tienen agua, bien por los estragos del huracán, bien porque los sistemas de bombeo de agua no funcionan precisamente por la falta de electricidad. La situación es incluso más dramática en los hospitales sin generadores de emergencia.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos ha gastado 2.1000 millones de dólares en restaurar las líneas energéticas de la isla, pues el 80% de las líneas de distribución se dañaron durante el huracán. Ahora declaran que su misión esta casi completa, por lo que el cuerpo ha comenzado a desmovilizar a la mayoría de los contratistas en la isla. Sin embargo, la realidad es que la red eléctrica de la isla continua siendo extremadamente delicada, viéndose interrumpido el suministro cada pocos días.
Sin embargo, esto no afecta a todas las personas por igual: aquellos edificios dotados de baterías Tesla Powerwall o incluso de los aún más capaces Tesla Powerpack mantienen su funcionamiento sin problemas, ajenos al caos producido por los apagones eléctricos del resto de la isla. Este es el caso por ejemplo de un hospital para niños, en el que Tesla instaló una serie de Powerpacks hace unos meses.
Esto demuestra una vez más que ciertas instituciones, como hospitales y centros de control, deberían contar con baterías de respaldo para poder seguir funcionando incluso en las condiciones más adversas.
Fuente | Voanews
