La entrada en vigor del nuevo ciclo WLTP está teniendo consecuencias como el aumento del consumo y las emisiones de los vehículos, que deben enfrentarse a pruebas más reales que las existentes con el lamentable ciclo NEDC. Esto supone un problema para los fabricantes que están viendo como algunos de sus modelos perderán algunos de sus beneficios por culpa del incremento de sus cifras de emisiones.
Es el caso de la gama de híbridos enchufables de marcas como Volkswagen, BMW, Mercedes y Porsche. Estos cuatro fabricantes han confirmado que congelarán, o directamente terminarán, con las ventas de algunos de sus modelos enchufables.
La razón por un lado es el cuello de botella que los reguladores están viviendo para poder analizar todos los modelos del mercado. Además las marcas están dando prioridad a los coches de mayor volumen, lo que hace que los híbridos se coloquen a la cola.
El otro problema es el relacionado con las emisiones de CO2. Con unas pruebas algo más reales, estas suben, al mismo tiempo que baja la autonomía en modo eléctrico. El principal problema es que con el incremento de emisiones, la mayor parte de los modelos superan la barrera de los 50 gramos de CO2 por kilómetro.
Esto tiene como consecuencia que en algunos mercados clave estos modelos híbridos enchufables pierdan las ayudas públicas. Por ejemplo uno de los principales polos de ventas de estas propuestas, Alemania, ofrece hasta 3.000 euros de ayuda. Un incentivo que perderán con la entrada del nuevo formato.
De momento los fabricantes se tomarán un tiempo para valorar si merece la pena a nivel económico el dotar a sus propuestas de baterías de mayor capacidad que permitan amortiguar el impacto.
Lo que es una realidad es que de momento algunas de las propuestas que más venden en Europa, como el Volkswagen Passat GTE, dejará de venderse al menos hasta julio del 2019. Fecha en la que se espera esté lista la nueva versión con mayor batería. Por su parte otro de los más populares, el Golf GTE, dejará directamente de venderse y sin fecha de regreso.
Por su parte Porsche ha retirado de la venta de forma indefinida las variantes enchufables del Panamera y el Cayenne. Dos modelos que no volverán al catálogo hasta que se haya solucionado la cuestión de la nueva homologación. Algo que en el caso del fabricante de Stuttgart, supondrá un golpe a nivel de ventas ya que el propio Panamera enchufable acumula en la primera mitad del año el 69% de las ventas de este modelo en Europa.
Mercedes ha sido la menos radical, y simplemente ha dejado de vender durante dos meses las versiones enchufables del Clase S y el Clase E. El Clase C por su parte no volverá a estar disponible hasta el próximo año.
Y mientras unos pulsan el botón de pausa, otros intentan aprovechar el momento para sacar partido a la situación. Es el caso de Mitsubishi, que recientemente ha actualizado el Outlander PHEV, y al que han instalado una batería ligeramente más grande, pasando de 12 kWh a 13.8 kWh. Algo que le ha permitido dejar sus cifras de emisiones en 46 gramos de CO2 por kilómetro. Justo para entrar dentro de los parámetros de los programas de ayudas.
Un hueco en el mercado que debería ser aprovechado por los fabricantes de eléctricos puros para incrementar sus ventas. Algo de lo que como hemos estado viendo en los últimos meses, a pesar de que la tecnología está cada vez más preparada, el problema es la capacidad de producción de las marcas.
La conclusión es que aquel fabricante que logre lanzar un modelo eléctrico de volumen, con una amplia autonomía, sin duda logrará un hito en el mercado europeo gracias al hambre de eléctricos, y ahora también a la ayuda extra por el parón de ventas de algunas de las alternativas.
Vía | Autonews
