Durante los próximos cinco años, Volkswagen invertirá 73.000 millones de euros en movilidad eléctrica, tecnología híbrida y digitalización para adaptarse a un mercado en plena evolución. En concreto, 35.000 millones irán destinados a la movilidad eléctrica, 27.000 millones a digitalización, y 11.000 millones a tecnología híbrida. Queda por lo tanto claro que Volkswagen priorizará los coches eléctricos frente a los híbridos.
«Habiendo establecido desde el principio el rumbo hacia los coches eléctricos a baterías, ahora somos un líder mundial con nuestras plataformas eléctricas y una amplia gama de vehículos eléctricos. En los próximos años, será crucial alcanzar también una posición de liderazgo en software para automóviles con el fin de satisfacer las necesidades de movilidad individual, sostenible y conectada. Con ese fin, hemos duplicado nuestro gasto en digitalización», declara Herbert Diess, director ejecutivo del Grupo Volkswagen.
De aquí al año 2030, la compañía espera lanzar un total de 70 modelos eléctricos. En el mismo periodo de tiempo también habrá comercializado alrededor de 60 híbridos. Para finales de la década, el Grupo Volkswagen estima que habrá construido unos 26 millones de coches eléctricos, de los cuales 19 millones se asentarán sobre la plataforma modular MEB.
Esta arquitectura será la piedra angular de la estrategia de electrificación del grupo, pues permitirá reducir notablemente los costes de desarrollo y producción de sus modelos eléctricos. El primer vehículo de la empresa en emplear esta plataforma ha sido el Volkswagen ID.3, al que han seguido el Skoda Enyaq iV y el Volkswagen ID.4.
Audi y Porsche por su parte también están trabajando en una segunda plataforma, la PPE, que estará destinada a coches eléctricos de altas prestaciones y corte lujoso. El primer modelo en asentarse sobre esta arquitectura será el Porsche Macan de segunda generación, que solo se comercializará con motorizaciones 100% eléctricas.
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