A partir de ahora, los Tesla Model S y Model X dispondrán en opción de un volante de aro redondo convencional como alternativa al volante yoke incluido de serie en ambos. Con este movimiento, Tesla busca satisfacer a aquellos usuarios que consideran poco ergonómico el diseño de tipo mariposa del yoke.
Lo cierto es que esta solución ha tenido desde el momento de su lanzamiento una recepción mixta, pues si bien algunos usuarios la defienden por sus beneficios en aspectos como la seguridad (en caso de accidente, los brazos no se interponen en el camino del airbag, pues el diseño del yoke obliga a tener las manos en los extremos del volante), algunos medios especializados han señalado que resulta engorroso de utilizar.
Aunque circulando por autopista no suele haber ningún problema, en carreteras con curvas, en circuito e incluso en ciudad se vuelve algo incómodo, haciendo que incluso las maniobras de aparcamiento sean difíciles de completar con soltura. Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, justificó la inclusión de este elemento aludiendo a que permite una mejor visualización de los displays cuando el coche está en modo autónomo.
Sin embargo, lo cierto es que el sistema FSD (Full Self-Driving) todavía está muy lejos de poder ofrecer una experiencia de conducción verdaderamente autónoma. Otras marcas también están comenzando a implementar volantes similares (véase Toyota y Lexus), pero en su caso va asociado a un sistema de dirección by-wire (por cable).
¿Por qué ha recibido tantas críticas el volante yoke de Tesla?
La tecnología One Motion Grip que encontramos en los Toyota bZ4X y Lexus RZ 450e permite que la relación de giro vaya variando de forma dinámica en función de la velocidad. Por este motivo, su volante solo gira 150 grados de tope a tope. Esto no ocurre en los Tesla Model S y Model X, que utilizan una dirección convencional.
Equipar el volante redondo no supondrá un sobrecoste en ninguno de los dos modelos. Esta opción estará disponible en todas las versiones de los Model S y Model X, incluidas las variantes de altas prestaciones Plaid, cuyo conjunto propulsor de tres motores rinde la friolera de 1.020 CV (750 kW).
A pesar de todo, el nuevo volante no soluciona uno de los aspectos más criticados del yoke: la desaparición de las palancas de la caña de dirección, que han sido sustituidas por unos controles táctiles situados en los radios del propio volante.
