Esta semana, el jefe de producción de BMW se ha descolgado con unas curiosas declaraciones. Según el Sr Harald Krueger, la familia de coches eléctricos del fabricante alemán no se verá ampliada, por lo menos hasta conocer con detalle el nivel de ventas que tengan el i3 y el i8.
Decimos curioso por que al mismo tiempo, BMW ha declarado que la lista de espera para hacerse con un i3 alcanza los 6 meses. Y eso que todavía no han comenzado las ventas en Estados Unidos, que se espera sea el principal mercado de los eléctricos de los de Munich.
La demanda supera de largo una capacidad de producción que hasta el mes de marzo no alcanzará unas mínimas cuotas. Será entonces cuando sabremos si realmente esas 12.000 reservas que BMW asegura contar se confirman, o como suele ser habitual, al llegar el momento de la verdad un porcentaje de estos no dan el último paso.
Algunos concesionarios alemanes en cambio si han notado el efecto i3. Concretamente uno de estos puntos de ventas, situado en la localidad de Hamburgo, ha matriculado un total de 30 unidades desde el mes de noviembre. El responsable de otro concesionario, situado en la localidad de Esslingen, resume las ventas con un “Esto va fantásticamente bien”.
Pero hay algo en lo que ya han ganado. Según las estadísticas que maneja el fabricante germano, el 80% de los que han realizado una reserva son nuevos clientes para BMW. Compradores que hasta el momento no habían adquirido nunca un coche de la marca, y que han sido atraídos por el i3.
Se trata de un efecto imán que nos recuerda mucho al vivido por el Chevrolet Volt en su momento. Un modelo que había servido al fabricante norteamericano para captar la atención de un nuevo tipo de cliente que en muchas ocasiones nunca habían pisado un concesionario Chevrolet. De estos, no eran pocos los que entraban preguntando por el Volt, y salían con otro modelo convencional por culpa del precio del primero.
Vía | Motorsostenible
