Francia demuestra que sólo con ayudas e infraestructura, no es suficiente para hacer despegar al coche eléctrico

Exceptuando a Noruega, las ventas de coches eléctricos en el resto de mercados se ha situado en torno, incluso por debajo, del 1%. Algo de que se puede achacar a los bajos incentivos públicos y la baja red de recarga. Pero el caso de Francia nos sirve para comprender que la expansión del coche eléctrico a unos niveles más importantes necesita de algo más.

No olvidemos que Francia destinará este año nada menos que 347 millones de euros para incentivar la compra de coches eléctricos. Una cifra que además estará destinada casi en su totalidad a esta tecnología, ya que este año se ha eliminado de los incentivos los modelos híbridos, y reducido de forma drástica la de los híbridos enchufables.

Pero a pesar de esto, y de contar con una de las mejores redes de recarga del mundo, las ventas de coches eléctricos de Francia en los seis primeros meses casi se han estancado respecto a las cifras del pasado año. En total entre enero y junio se han entregado en este mercado 13.553 unidades. Esto representa un crecimiento de apenas el 9.8% respecto al mismo periodo del pasado año.

La cuestión es que la puesta en marcha del nuevo Bono ambiental, que proporciona una ayuda extra de 3.700 euros a los que achataren un coche diésel con 10 o más años, supone que los franceses pueden acceder a unas ayudas de hasta 10.000 euros. Pero esto no parece que haya supuesto una gran diferencia. Y eso a pesar de la llegada de la nueva versión del Renault ZOE, que ha tirado casi el solitario del carro de las ventas de eléctricos este año.

Entonces ¿cuál es el motivo?. Sin duda en el caso francés, con la parte de las ayudas y la recarga cubiertas, la falta de oferta puede estar detrás de esta situación de estancamiento. Los últimos lanzamientos exceptuando al propio Renault ZOE, han supuesto pequeñas renovaciones de modelos ya existentes, como el Volkswagen e-Golf, que han añadido un poco más de capacidad en su batería.

Otros nuevos protagonistas, como el Hyundai IONIQ eléctrico, han llegado con una capacidad muy baja, apenas 28 kWh, que parece que no le ha permitido sacar el máximo partido a todo su potencial. En Francia por ejemplo se ha situado por detrás del veteranísimo Peugeot iOn.

Mientras en el horizonte asoma una nueva generación que no termina de llegar. Modelos con baterías por encima de los 50 kWh, que sin un sobre-precio excesivo, prometen ofrecer unas prestaciones superiores a las que pueden encontrar en la actualidad los clientes. Nombres como el Opel Ampera-e, Tesla Model 3, el nuevo Nissan LEAF…

Este puede ser uno de los motivos por los cuales muchos franceses estén esperando para lanzarse a la compra de coches eléctricos. Un sector que ocupa apenas el 1.2% de las ventas, y donde sólo hay oferta por encima de los 40 kWh en el propio Renault ZOE, que no cubre todo el abanico de necesidades de los diferentes clientes, o los modelos de Tesla, que se disparan en el aspecto del precio.

Por lo tanto para ver crecer de forma importante la cifras de ventas, además de ayudas e infraestructura de recarga, hace falta una mejora de la oferta que incluya más autonomía, pero también que cubra más nichos de mercado. Desde los urbanos y compactos, pasando por las berlinas, los populares todocaminos y también familiares. Receta fundamental sin la cuál seguiremos viendo como las ventas crecen, pero mucho más lentamente de lo esperado.

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Vía | AP