Hasta ahora el interesado en comprarse una unidad del Nissan LEAF contaba con hasta cuatro acabados. Visia, la más económica, Acenta, la más popular, N-Connecta y Tekna, las más dotadas. Cada una dotada de su nivel de equipamiento que permitía a los usuarios a seleccionar la que mejor se adaptaba a sus necesidades.
Pero ahora Nissan han eliminado la versión Visia del LEAF. De esa forma aquellos que buscaban a opción más económica de adquisición, a costa de contar con un equipamiento pírrico, tendrán que volver a hacer sus cálculos y lanzarse a por uno de los tres acabados que quedan disponibles.
Esto en dinero contante y sonante supone que los «desde» 29.800 euros que costaba el acabad Visia, pasaremos a un «desde» 33.400 euros de la versión Acenta. Un acabado que además aumenta su precio 490 euros respecto a los anunciados a principio de año. Luego subimos a los 34.850 de la N-Connecta, llegando a los 37.050 euros de la versión más equipada, la Tekna.
Este movimiento no debería ser demasiado dramático, ya que la mayor parte de las ventas del LEAF se dirigen a la versión Acenta, la intermedia en precio y equipamiento. Por otro lado debería permitir a Nissan reducir la complejidad de la línea de producción, que no tendrá que estar preparada para atender una versión Visia que se diferenciaba bastante en algunos aspectos del resto de variantes.
Pero al mismo tiempo que Nissan ahorra en costes, sube los precios. Algo que choca contra una realidad donde según el fabricante, no dan cubierto la demanda existente. Una economía de escala y menor complicación en las líneas de producción, que deberían venir acompañadas de bajadas de precio, no de subidas.
Además este movimiento perjudicará a los compradores de flotas e institucionales, a los que el nivel de equipamiento no suele ser importante, y donde cada euro ahorrado es fundamental. Un adiós al acabado Visia que sin duda reducirá el interés de estos importantes clientes.
