Los primeros coches que democratizaron la movilidad eléctrica fueron, en gran medida, fabricados por la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi a principios de la década. Primero llegó el Mitsubishi i-MiEV (creado cuando Mitsubishi no estaba todavía controlada por Nissan), después el Nissan LEAF, y por último el Renault ZOE: estos tres modelos se convirtieron en poco tiempo en los primeros coches eléctricos de masas de la historia contemporánea.
Sin embargo, un cuarto modelo jugó un papel crucial en la expansión de la movilidad eléctrica: el Tesla Model S. Este vehículo demostró que un coche eléctrico podía ser bonito, rápido y espacioso, además de capaz de afrontar largos viajes gracias a una batería de gran capacidad y a una elevada potencia de carga. En definitiva, el Model S hizo al coche eléctrico un producto deseable de cara al público.
Esta berlina del segmento E no era (ni es) perfecta. Numerosos clientes (sobre todo los primeros) se han quejado a lo largo de los últimos años de sus pobres acabados (algo que por otro lado no es de extrañar en una empresa tan joven como Tesla) o de su fiabilidad mejorable, un punto que de acuerdo con las encuestas de confiabilidad a día de hoy se ha solucionado.
El primer modelo de Tesla no fue el Model S, sino el Roadster, un deportivo derivado del Lotus Elise fabricado con cuentagotas, caro y con numerosas limitaciones. El Model S también era caro (aunque menos), pero gracias a su más convencional configuración de berlina abrió las puertas de la movilidad eléctrica a numerosos compradores. Con él, Tesla pasó de la construcción casi artesanal a la producción masiva en serie.
El Model 3 es actualmente el pilar que sustenta a Tesla: más económico que el Model S, con un chasis mejor afinado y un tren motriz más eficiente, el sedán de acceso de Tesla ha batido todos los récords de ventas desde su lanzamiento a mediados de 2017. Sin embargo, nada de todo lo que ha conseguido el Model 3 hubiera sido posible si el Model S no hubiera allanado el camino antes.
Por ello, no es de extrañar que Autocar haya decidido nombrar a esta berlina ejecutiva eléctrica como uno de los coches más importantes de la década. Curiosamente, y a pesar de haber sido lanzado en el año 2012, el Tesla Model S de primera generación está más vigente que nunca: el año que viene recibirá una actualización interior, nuevas baterías más capaces y una variante deportiva de gran radicalidad bautizada como Plaid.
Fuente | Autocar
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