Una vez recibidos los datos de ventas del pasado año, la primera conclusión es que Europa se está quedando peligrosamente atrás en cuanto a ventas de coches eléctricos. Las cifras muestran como los líderes, Tesla y BYD, aumentan su distancia con sus perseguidores, y que las marcas chinas están avanzando a pasos agigantados, con los grupos del viejo continente retrocediendo puestos en las listas de ventas.
Según los datos del Centro de Gestión Automotriz de Alemania (CAM) las ventas globales de coches eléctricos a batería (BEV) han llegado a las 7.8 millones de unidades, con un crecimiento conjunto de un 63%.
Entre los más activos vemos a Tesla, que continúa siendo líder destacado con 1.314.000 unidades entregadas y un crecimiento del 40.3% respecto al año anterior.
En segunda posición se ha colocado BYD. El fabricante chino ha producido 911.000 coches eléctricos, lo que representa un espectacular crecimiento del 183.8%.
Por detrás encontramos escalando hasta la tercera posición al grupo chino SAIC, propietaria de marcas como MG, SGMW, Roewe…, que ha crecido un 23% este año alcanzando las 750.000 unidades, con Geely en quinta posición creciendo un 118%.
¿Y qué pasa con los fabricantes europeos?
Por su parte las marcas del viejo continente están comenzando a dar señales de agotamiento, incapaces de seguir el ritmo de los líderes. Por ejemplo, El Grupo Volkswagen, incluyendo todas sus marcas, ha logrado matricular 572.000 unidades, con un crecimiento del 25%. Lejos de la media del 63% global.
Algo que debería cambiar este 2023 gracias al crecimiento de la oferta con nuevas propuestas como el flamante ID.7, que llegará a finales de año para convertirse en el sustituto del mítico Passat.
Más preocupante es el dato de que combinando las ventas de todos los fabricantes alemanes en 2022, estos han alcanzado las 921.000 unidades. Prácticamente lo mismo que BYD en solitario.
Completan las malas noticias la desaparición de este listado del resto de grandes grupos europeos, como Renault, que ha pasado de la parte alta a no aparecer en el listado, así como Stellantis, que tampoco logra cifras significativas.
La buena noticia es que algunos grupos están comenzando a dar señales positivas. Es el caso de BMW, que ha logrado crecer un 145% respecto al año anterior, llegando a las 216.000 unidades, todo gracias al fuerte impulso que la división de coches eléctricos ha vivido. Una oferta que ha pasado de solamente el pequeño BMW i3, a toda una gama iX formada por hasta cinco propuestas repartidas en diferentes segmentos.
También buenas señales desde Mercedes-Benz, que ha alcanzado las 133.000 unidades 100% eléctricas el pasado año, un 107% más que el año anterior, y donde también ha ayudado una gama que se ha disparado solo en la marca Mercedes-Benz hasta las ocho propuestas diferentes, más el nuevo Smart #1.
Dos grupos que se mueven en un segmento premium del mercado, lo que supone que aquellos de más volumen están siendo abandonados por las marcas europeas, que pueden ver como los chinos se comen esa parte antes de que logren reaccionar.
Unos segmentos donde encontramos a marcas como Renault, que acaba de presentar unos malos resultados de matriculaciones, con una caída por cuarto año consecutivo y un 9.4% menos matriculaciones, y donde los coches eléctricos no han podido ayudar a contener la hemorragia.
Un apartado donde encontramos al nuevo Megane E-Tech eléctrico, con 14.473 unidades, que no ha logrado superar en ventas al Twingo ZE (14.824 unidades) y quedando por debajo del veterano ZOE (18.281 unidades). Todos enormemente lejos del grupo de cabeza en ventas.
Un grupo que comienza el año con preocupación por la reciente bajada de precios de Tesla, que hará más complicado este 2023, algo que ha confirmado Fabrice Cambolive, director de operaciones de Renault, que en declaraciones a Autonews, ha dicho que era optimista de que las cosas mejorarían este año ya que la empresa tiene una mejor cartera y mayores existencias, pero que al mismo tiempo, reconoció que los recortes de precios globales anunciados recientemente por Tesla eran un problema con el que Renault tendrá que lidiar.
