El pasado año el fabricante japonés Honda decidió que ya era suficiente la apuesta por el hidrógeno, y decidió unirse a la tendencia del coche eléctrico a baterías. De momento solo son planes, pero entre ellos está el desarrollo de modelos de precios asequibles gracias a las baterías de electrolito sólido.
Así lo ha indicado el Director Ejecutivo de honda, Toshihiro Mibe, que en una entrevista con la agencia de noticias Bloomberg ha indicado que las baterías con electrolito sólido ayudarán a que los coches eléctricos sean más asequibles.
“El negocio de los vehículos eléctricos depende mucho de los precios de las baterías. Al seguir desarrollando nuestra tecnología, intentaremos controlar estos costes”, dice Mibe.
El objetivo de honda es que para 2030 venderán unos 2 millones de coches eléctricos anuales; es decir, un 40% de su volumen global, para lo cual, Honda se ha aliado con gigantes como Sony y General Motors.
Para lograrlo, así como pavimentar el camino para el reto de la neutralidad de emisiones para 2050, la compañía planea lanzar al mercado hasta 30 nuevos coches eléctricos en todo el mundo en los próximos siete años. Además, a partir de 2027, en cooperación con General Motors, saldrá al mercado una serie de vehículos totalmente eléctricos asequibles basados en una plataforma común.
En el campo de las baterías, a corto plazo recurrirá a socios como CATL en China o Envision AESC en Japón. Pero será a partir de 2025 cuando esperan que la situación de un cambio de las baterías con electrolito líquido a las sólidas.
En 2024, honda lanzará un proyecto piloto que les permitirá validar el rendimiento y la idoneidad de este tipo de celdas, que serían las encargadas de alimentar a los modelos que desarrollarán conjuntamente con General Motors, y que tienen como objetivo ofrecer una alternativa dentro del segmento de volumen y de precios más contenidos.
El principal problema para Honda es tanto los plazos, y es que el desarrollo industrial del electrolito sólido no está garantizado para 2025 o 2026, como el coste del mismo. Y es que aquí es donde la marca nipona se la juega apostando por una tecnología todavía por demostrar que es viable técnica y económicamente en cuanto a producción en cadena.
Una parte económica que es vital para lograr ofrecer productos más asequibles, y que se enfrenta a la evolución de sistemas ya maduros, como el litio, así como las pujantes celdas de sodio, que amenazan con convertirse en una opción mucho más económica.
