Los coches eléctricos actuales todavía tienen algunas desventajas frente a los coches de combustión. Desventajas muy importantes como pueden ser el precio, la autonomía o los lugares donde recargarlo. Pero sin duda, uno de sus mayores problemas, al menos en nuestro país, es el desconocimiento. Mi experiencia personal así me lo demuestra.
Durante la toma de contacto que realicé con el Renault ZOE r240, pude sacar una conclusión principal: una gran parte de la población no tiene ni idea de lo que es un coche eléctrico, o ni siquiera sabe que existe. Cuando la gente oye hablar de un coche eléctrico, se piensa que son una especie de microcoches, reservados para 4 frikis early adopters. Lo primero que se le viene a la gente a la cabeza son esos coches de 49 cc, en los que no hace falta carné de conducir. Nada más lejos de la realidad.[blocktext align=»right»]
Toma de contacto con el Renault ZOE r240[/blocktext]
Por eso, mucha gente, al ver el Renault ZOE alucinaba. Y no alucinaban solo por la experiencia de conducción (muy placentera en los eléctricos) o por el absoluto silencio, que también, sino porque PARECE un coche. «Y muy bonito además» me decían algunos.
Cuando uno está metido en el mundillo, redactando artículos, leyendo vuestros comentarios o hablando con gente que sabe del tema, no se da cuenta de lo que pasa ahí fuera. Pero hay un gran problema más allá del tecnológico, se llama desconocimiento. Estoy seguro de que un coche eléctrico encaja en muchísimas familias de nuestro país. En muchas más de los apenas 387 eléctricos puros que se han vendido a particulares en todo 2015. Quizá no no encaje como primer coche (por ahora) pero todo llegará.
Mientras tanto, seguiremos trabajando para que eso ocurra. Un proceso largo y laborioso, pero que solo tiene una meta posible. Y eso es lo bueno: ocurrirá antes o después, pero ocurrirá.
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