En estos momentos un cliente que quiera comprarse un Volkswagen e-Golf, y prefiera realizar un pedido personalizado a fábrica, tendrá que enfrentarse a un periodo de espera ridículamente elevado. Entre la baja producción, y los problemas de los fabricantes para adaptarse al nuevo ciclo WLTP, el resultado es que en muchos casos la fecha de recepción se coloca a mediados del 2019.
Ante esta situación Volkswagen ha decidido de nuevo volver a incrementar la producción del e-Golf. Una variante especialmente popular en el centro y norte de Europa, y que el pasado año recibía una importante renovación con la incorporación de una batería de mayor capacidad, 35.8 kWh, suficientes para recorrer unos 200 km reales.
Debido a la demanda creciente, Volkswagen ha decidido aumentar el ritmo de producción de las plantas de donde sale esta versión. Las fábricas de Wolfsburgo y Dresden este mismo verano, que pasarán de las 120 unidades a las 160 unidades diarias. Esto supondrá que la tasa de fabricación semanal llegará a las 1.100 unidades, y la mensual rozará las 5.000 unidades.
No es el único fabricante que está acelerando su producción. Como recordamos, BMW a confirmado que incrementará la capacidad de sus modelos «i» un 50%, pasando de las 130 unidades diarias a las 200 unidades. Y eso a las puertas del anuncio de la nueva versión del i3, que antes de terminar el año contará con una nueva batería de mayor capacidad.
También Renault ha confirmado hace pocas semanas que duplicará el ritmo de fabricación del ZOE, y aprovechando la llegada de la nueva versión R110 pasará de las 220 unidades diarias a 440 unidades.
Opinión
A pesar de estos movimientos, vemos que las cifras continúan siendo muy modestas. Sumando los nuevos objetivos de las tres marcas, Volkswagen, BMW y Renault, vemos que en conjunto alcanzarán una producción total de 5.600 unidades a la semana, o 22.400 unidades al mes. Números que suponen un salto adelante enorme respecto a las cifras vistas hasta ahora, pero que claramente son insuficientes para atender la demanda que está empezando a surgir. Y eso que hemos sumado las nuevas cifras de producción de tres de las marcas más punteras en Europa a nivel de ventas. Una señal clara de que falta mucha motivación en los grandes grupos.
Una velocidad que por otro lado puede estar motivado también por la falta de suministro de baterías. Algo que tendrían que trabajar con mayor intensidad para evitar que se convierta en un cuello de botella crónico que suponga un golpe a medio y largo plazo a la industria europea, incapaz de atender la nueva demanda, y dependiente de las ventas de unos modelos diésel y gasolina en clara decadencia.
