La semana pasada General Motors confirmaba el inicio de un plan de ajuste que supondrá el despido de 14.000 empleados, un severo recorte de su oferta de vehículos, que incluye al Chevrolet Volt, y también el cierre de hasta cinco plantas en Norteamérica. Todo con el objetivo de mejorar su economía para en 2020 volver a invertir en coches eléctricos y conducción autónoma.
Ahora en una entrevista Elon Musk ha confirmado el interés de Tesla en adquirir alguna de estas fábricas en proceso de cierre. Algo que sin duda supone un duro golpe para la industria de Detroit, que ve como en pleno retroceso económico de los grupos tradicionales, impactados por factores como los escándalos de emisiones y el avance de las normas contra las emisiones, ven como aquellos que han apostado por los eléctricos se mueven en una dirección mucho más favorable.
La cuestión es que no sería la primera vez que Tesla compra una fábrica a General Motors. Como recordamos, la planta de Fremont fue levantada en 1955 por General Motors, y en 1984 pasó a ser propiedad de una empresa conjunta de los americanos y Toyota. Llegó a tener una capacidad máxima de 7.000 coches, pero la baja rentabilidad, y la quiebra de la propia General Motors, llevó a su venta a Tesla en 2010 por apenas 42 millones de dólares.
Una instalación curiosamente no era la seleccionada por los fundadores de Tesla en un primer momento, siendo Nuevo México el lugar. Pero después del despido de Martin Eberhard como director ejecutivo, y gracias al programa de ayudas del entonces gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, Tesla decidió establecerse en Fremont.
Y de nuevo parece que se repite la historia, con el gigante con problemas, y la otrora pequeña startup buscando continuar con su difícil pero imparable expansión que le permita acelerar una producción que marcha viento en popa, y con una demanda que no deja de aumentar año tras año.
Vía | Fortune
