Tesla no para de modificar su oferta, ya sea añadiendo equipamiento, como incorporando y quitando versiones según su comportamiento en el mercado. Una forma dinámica de trabajo que le permite sacar el máximo partido a sus productos.
Pero ahora le llega el turno a un movimiento que se enmarca dentro de la estrategia de Tesla de diferenciar como sea al Model S del nuevo Model 3. Y es que antes de terminar el año, la versión más accesible del Model S, la 75, dejará de estar disponible, y dejará su sitio a la 75D.
Esto traducido a euros quiere decir que la opción más barata de llevarse un Model S a casa pasará de los 80.700 euros actuales, a los 86.000 euros.
Con este movimiento Tesla logra separar todavía más al Model 3 del Model S, no solo en el precio, sino también en una configuración que en el caso del S será con dos motores y tracción a las cuatro ruedas, mientras que en el Model 3 de momento sólo contará con versión de un motor y tracción trasera.
Eso, y toda la larga lista de elementos que contará el S y no tendrá el 3. Una lista que ha enfatizado la propia Tesla en un intento por tratar de convencer a algunos usuarios de no sumarse a la interminable lista de espera del más económico de la familia Tesla, y optasen por una compra que a día de hoy necesita apenas dos meses para ser entregada.
Un movimiento que para algunos puede ser erróneo, ya que precisamente si lo que Tesla busca es aumentar las ventas del Model S, tal vez incrementar su precio base no sea la mejor opción. Pero por otro lado puede que los americanos ya estén pensando a más largo plazo, cuando la producción del Model 3 esté escalada, y no sea necesario ahuyentar clientes hacía otras opciones, y busquen separar las propuestas para que no se solapen.
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