Como muchos sabréis, el nuevo Nissan LEAF llegó al mercado acompañado de importantes novedades, como un diseño muy atractivo, un interior de más calidad, más equipamiento, también un motor de más potencia y una batería de más capacidad, pasando de los 30 kWh brutos a los 40 kWh.
Esto le ha permitido pasar de una autonomía de 172 km bajo el ciclo EPA, a los 240 km en el exigente ciclo americano. Sin duda un paso adelante importante. El principal problema es que esta autonomía se logra en buenas condiciones climatológicas, donde la ausencia de un sistema de refrigeración no tiene demasiado impacto.
Pero la pregunta es: ¿qué autonomía logrará el nuevo LEAF en temperaturas de 10 grados bajo cero?. La respuesta nos llega desde la fría Noruega, donde una revista ha tenido la oportunidad de realizar una prueba en estas duras condiciones para el eléctrico japonés. Un ambiente gélido donde el no contar con refrigeración activa le puede pasar factura.
El objetivo era cubrir la distancia entre Oslo y Romeriksåsene, pasando por Lillestrøm. Un exigente recorrido que ha mezclado conducción por zonas urbanas, interurbanas y autovías, que ha puesto a prueba las capacidades de esta nueva generación del LEAF. Entre las primeras impresiones del conductor, destaca las mejoras logradas en la conducción de esta versión. Indica que es un coche más silencioso y más manejable que el anterior. Algo que facilita los desplazamientos más largos.
Pero lo más interesante era conocer el consumo y la autonomía. Al comenzar los primeros kilómetros el marcador de consumo se disparó hasta los 27 kWh a los 100 km. Una cifra que con el paso del tiempo se ha ido estabilizando hasta quedarse en unos 20 kWh a los 100.
Esto nos daría una autonomía estimada en torno a los 180 kilómetros, ya que recordamos que la batería de 40 kWh realmente tiene 36 kWh útiles. Pero el LEAF parece guardarse algo más en la reserva ya que al finalizar el recorrido el marcador indica 155.5 kilómetros recorridos, y una reserva de 12 kilómetros. Algo que nos da una autonomía total en este trayecto y en una temperatura ambiente de 10 grados bajo cero de 167.5 km.
No es una cifra realmente impresionante, pero si bastante digna para un coche sin refrigeración en una batería que logrará su mejor rendimiento en zonas templadas, tanto a nivel de autonomía, como también de vida útil. Un pack que como las anteriores generaciones sufrirá una previsible degradación en lugares calurosos precisamente por culpa de no contar con ningún tipo de climatización.
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Vía | Dinside
