El último Barómetro de Electromovilidad publicado por ANFAC con los datos del tercer trimestre han dejado que ver que, efectivamente, la transición hacia el vehículo eléctrico avanza en España… pero a un ritmo muy lento.
Tanto es así, que la brecha entre nuestro país y el resto de socios europeos se empieza a incrementar de forma peligrosa. Si nos centrásemos únicamente en lo que a infraestructura de recarga se refiere, los datos son realmente preocupantes.
El indicador de este estudio al respecto deja una puntuación de 4,5 para España, tras subir 0,6 puntos en los tres primeros meses del año. Son datos muy lejanos a los 13,3 puntos de la media europea, que subió 1,5 puntos… y ya no digamos respecto a Países Bajos o Noruega, líderes indiscutibles del ranking, con una puntuación respectiva de 62 y 50,4 puntos.
Cómo se reparten los puntos de recarga en España
Echando un vistazo a los datos y a los gráficos del último Barómetro de Electromovilidad en España, vemos cómo el total de puntos de recarga de acceso público en las carreteras de nuestro país es de 20.243. Esto significa, según los datos recopilados por ANFAC, que se sumaron 2.115 puntos más en el primer trimestre del 2022.
Echa un vistazo al gráfico anterior: el color rojo no es nada halagüeño, y es que el estudio revela que 6.475 puntos de recarga de acceso público en España no funcionan. De hacerlo, la cifra total sería de 26.718 puntos. El resultado es claro: el 24% de los puntos de recarga en España están fuera de servicio.
Los puntos de recarga rápidos brillan por su ausencia
Si ponemos el foco en los 20.243 puntos de recarga que sí funcionan, nos percatamos cómo únicamente el 21 por ciento tienen una potencia superior a 22 kW.
Diferenciando entre los diferentes niveles de carga rápida que se ofrecen en España, vemos un dato preocupante, sobre todo centrados en los puntos instalados en el ámbito interurbano: el 72% de los puntos de recarga de este tipo tienen potencias de como mucho 22 kW, una auténtica barrera para el desarrollo de los viajes largos en coche eléctrico, ya que el uso de estos puntos suponen tiempos mínimos de recarga de 3 horas.
Profundizando en estos números, vemos cómo tan solo hay 857 puntos de carga de más de 22 kW y menos de 50 kW, de los que 34 son nuevos. Curiosamente, hay muchos más puntos de entre 50 y 150 kW, con un total de 2.661, sumándose 411 puntos nuevos en el arranque de año. El 21 por ciento de los nuevos puntos de recarga en España pertenecen a este intervalo, sin duda la parte más positiva de las estadísticas.
Mirando a los puntos de recarga de entre 150 y 250 kW, la cifra total es de 491, habiéndose instalado únicamente 49 nuevos puntos entre enero y marzo. «El despliegue de puntos de recarga de al menos 150 kW es fundamental para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado en trayectos de larga distancia por carretera, permitiendo tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos. Así mismo, es esencial para el transporte pesado de mercancías y personas, pues los vehículos dedicados a este fin comienzan a cargar en potencias de 150 kW», reconoce el estudio de ANFAC.
El último intervalo de potencias revela que en España tan solo hay 310 puntos de recarga ultrarrápidos, de más de 250 kW, sumándose 54 nuevos en el último trimestre (5 menos que en el trimestre anterior). Según ANFAC, el 85% de este tipo de puntos de recarga corresponden a proyectos de los propios fabricantes de automóviles.
Un dato interesante más para terminar que nos deja el Barómetro de Electromovilidad: el 57% de la infraestructura de recarga de acceso público en España está ubicada en el ámbito urbano, con un total de 11.517 puntos, de los que el 84% corresponden a puntos con menos de 22 kW de potencia.
Fuente | ANFAC
