Ya todos sabemos que realizar nuestros desplazamientos diarios en una bici eléctrica es una forma más saludable, sostenible, pero también mucho más económica que hacerlo en un coche con motor de combustión. Pero la pregunta es cuánto podremos ahorrar con una bici eléctrica.
La respuesta se la ha dado una usuaria que en 2018 decidió comprarse una eléctrica para completar unos desplazamientos diarios que hasta entonces realizaba con su coche gasolina. Un coche que ha mantenido para sus viajes, pero que ha visto reducir el número de kilómetros anuales de forma drástica.
Después de cinco años y 18.500 km, esta propietaria realizó una recopilación de los datos, para de esa forma saber cuánto había gastado moviéndose en su bici, y cuánto había ahorrado dejando el coche en el garaje.
La bici cuenta con una autonomía real de 56 kilómetros con cada carga de una batería de 624 Ah. Eso quiere decir que con una tarifa eléctrica media de 15 céntimos el kWh, esta propietaria se ha gastado apenas 30.75 dólares para recorrer esos 18.500 kilómetros, o unos 16 céntimos de dólar cada 100 kilómetros.
Luego, esta propietaria ha cogido los datos de consumo de su vehículo, un Toyota Camry gasolina, con el que promediaba un consumo medio de 9 litros cada 100 km. Usando los precios medios de las gasolinas durante los últimos cinco años en su ciudad, Boulder, Colorado, 0,84 dólares por litro, esto supone que usar su bicicleta eléctrica en lugar del coche le ahorró más de 1.500 solo en costes de combustible.
A estos habría que sumar los mantenimientos, unos 1.150 dólares según sus estimaciones, así como el desgaste del vehículo.
Por su parte, la bicicleta solamente ha necesitado un cambio de batería en este tiempo. Una sustitución que le ha costado 600 dólares, así como otros 500 dólares que no ha desgranado, indicando que han sido mantenimientos y accesorios.
Eso eleva los costes totales por usar su bicicleta eléctrica hasta los 1,130 dólares, que podemos comprar con los 2,650 dólares que habría costado hacer los mismos desplazamientos en el coche.
Eso es un ahorro de más de 1.500 dólares, y eso sin contar los costes de adquisición de los vehículos, ya que la bicicleta eléctrica cuesta significativamente menos que un coche.
Otro aspecto interesante es que gracias a la bici, esta propietaria y su pareja no han necesitado comprar un segundo coche para casa, lo que incrementa todavía más el ahorro total al evitarse la adquisición del coche, el seguro, impuestos y los costes operativos.
Por supuesto, no todo el mundo puede realizar sus desplazamientos en bici, aunque sea eléctrica y aunque sea muy fan de la tecnología y el ahorro. No todas las vías ni todos los lugares están preparados para ellas. Pero si hay mucha gente que si podría reducir sus emisiones y su gasto energético dando el salto a una bici eléctrica, pero no son conscientes del elevado nivel de ahorro que estas bicis les pueden ofrecer.
