La patronal europea del automóvil ACEA ha actualizado uno de sus gráficos más interesantes, la relación entre puntos de carga de vehículos eléctricos y la cuota de mercado que hay de estos en cada país durante 2020. Están excluidos del análisis el Reino Unido, Noruega y Suiza -estos dos últimos parte de la EFTA, pero no de la Unión Europea-.
En la Europa de los 27 se da la circunstancia de que holandeses, alemanes y franceses disfrutan del 70% de los puntos de recarga. Desglosando, hablamos de 66.665 (30%) en Holanda, 45.751 (20,4%) en Francia y 44.538 (19,9%) en Alemania. Estos tres países representan el 27% de superficie del territorio analizado. A partir de ahí, los números se desploman: Italia, cuarta del ranking, solo tiene el 5,8% de los puntos de recarga de la UE.
No hay una correlación absoluta entre coches eléctricos y disponibilidad de recarga en las vías públicas, ya que Suecia tiene una cuota de casi un tercio del mercado entre coches eléctricos e híbridos enchufables, pero solo tiene 10.370 cargadores (el quinto en número). Hay que introducir más variables como cargadores per cápita, distancia media entre cargadores, etc.
Los países con peor red pública de recarga son Chipre (70), Malta (96), Lituania (174), Bulgaria (194) y Grecia (275). Nos referimos a puntos de carga públicos. Por ejemplo, Chipre es un territorio muy pequeño y esos 70 puntos de recarga podrían bastar, pero no, solo el 0,5% de su mercado correspondió a coches enchufables.
¿Qué hay de la soleada España? Una cuota de mercado que no llega por poco al 5%. Aunque en el imaginario colectivo en nuestro país «no hay dónde recargar», lo cierto es que ya vamos por más de 7.407 puntos de recarga públicos. Es más, recientemente se comunicó que la red CIRVE ya permite atravesar España, entre Portugal y Francia, con un coche eléctrico para ricos Renault ZOE.
Decididamente, los datos permiten afirmar rotundamente que hay países donde es más fácil la posesión de un coche eléctrico, y hay variables que, combinadas, nos explican muchas cosas: allí donde la renta per cápita es más alta, hay más disponibilidad para cargar, y más «puteado» está el coche de combustión tradicional (respecto a los eléctricos) fiscalmente, más coches eléctricos se venden. Si lo pensamos, es de perogrullo.