Del petróleo al litio, revolución en el siglo XXI
Todos sabemos ya la gran dependencia que tenemos respecto a los derivados del petróleo, como pueden ser la gasolina y el gasóleo como casos más cercanos del día a día. Vemos como nuestros bolsillos se resienten cada vez más conforme va pasando el tiempo, y es que cuando un recurso es limitado, los precios solo pueden hacer una cosa a la larga, subir, es la ley de la oferta y la demanda, cuanto menos oferta de un producto, más altos son los precios y viceversa, y así si sumamos la disminución en la extracción de ciertos países tenemos la fórmula perfecta.
De ahí que necesitemos nuevas fórmulas y nuevos caminos como alternativa al petróleo, un producto que llevamos utilizando más de 100 años, antiguo, arcaico, pero que a pesar de todo sigue muy presente entre nosotros. Y es aquí donde nos encontramos con el litio y las nuevas tecnologías aplicadas a las baterías de última generación. Y claro, eso nos hace pensar en una cosa, ¿ serán los países con minas de litio los nuevos «jeques» del mundo ?, hay una alta probabilidad de que esto suceda, de hecho los mismos ya están tomando las correspondientes medidas para sus intereses.
Puede que todavía las baterías de litio no estén dando todo el potencial que podrían dar, pero lo que sí es cierto es que están empezando a hacer aparición por muchas áreas de nuestra vida cotidiana, teléfonos, portátiles, coches, motos, etc… Éstas se encuentran en pleno desarrollo tecnológico, alcanzando incluso valores que doblan la densidad energética de las actuales baterías de litio, cubriendo así casi la totalidad de nuestras necesidades en cuanto a transporte para desplazamientos medios.
Eléctricos puros, extensores de autonomía, híbridos, optimización máxima de los motores de combustión interna, aerodinámica, ayudas para una conducción más ecológica, micro-hibridación, todas estas tecnologías conducen a una mayor eficiencia en nuestros vehículos, y si hay un tipo de vehículo por excelencia que en eso lo hace fenomenal, es el vehículo eléctrico, el cual tiene la mayor cuota en cuanto a términos de eficiencia máxima se refiere comparado a todos lo tipos que hemos comentado.
Como conclusión podemos decir que nos encontramos en el camino, en ese tan esperado cambio que ya desde décadas andábamos buscando, los eléctricos no contaminan a nivel local, no hacen ruido, aprovechan el doble de energía que sus homónimos de combustión cuando no más, todo son ventajas a excepción de dos cosas, autonomía y precios, una vez se superen estas barreras y tomemos conciencia de ello, todos viviremos en un mundo sin humos, ¿ qué os parece a vosotr@s ?.
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Fuente | Jesús Morales
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